''Adiós a la musiquilla de la Champions'' por Álvaro Ojeda

Quien va de nazareno pegado a un paso, una de las ventajas que tiene, es que puede valorar el repertorio y la calidad musical de la banda que acompaña a su Cristo, como es mi caso. Mi hermandad venía de inventos con gaseosa y calimocho, que no nos permitían jugar al nivel que la cuadrilla y la corfadia se merecían. Y es que tras tocar el Cielo con 'Redención', bajamos unos años a los infiernos. Y es ahí, donde se ficha a una de la bandas que quedarán por siempre grabadas en el ADN de las próximas cuadrillas que se metan bajo el pan de oro de Guzmán Bejarano.

Que nadie me diga cómo es la gente que gobierna mi hermandad, con sus defectos y sus virtudes; para mí siempre los mejores, visto el nivelito en otras corporaciones y máximos órganos cofrades. ¿Que yo haría las cosas de otra manera? No tengan la más mínima duda, pero soy un simple hermano de fila, que se debe a su junta de gobierno. 

Y que tampoco me digan cómo es la Sentencia, que con sus defectos, sus virtudes… y su Piñero, para mí serán siempre parte de mi vida del Martes Santo. Buena gente; muy buena gente.

¿Que han acbado mal? Yo diría que no. ¿Que hubo desgaste como en una relación de pareja? Ni lo duden. ¿Que han dejado huérfanos a unos niños 'fajaos' por el viejo barrio? Pues también.

Pero que las puertas se quedan encajadas, eso se lo aseguro. Pasarán muchos años, muchos, pero aunque hoy  las caras digan otras cosas, y el desgaste se note en los andares de los verdes uniformes que ahora bajan por la Alcubilla buscando nuevos horizontes sin necesidad de montarse en un autobús que los espere en Viguetas Castiilla... algún día volverán. Tal vez, como me dijo Julio Vera en un programa de Cofrademania, “tan solo un interlocutor diferente habría podido conserguirlo”.

Nada es eterno. Las etapas pasan. Hay cosas que se encienden y otras que se apagan. No hay más; el único que lleva aquí mas de trescientos años es el jefe; el resto es como un mal terciopelo que se va con el primer chispeo. No somos nada; somos el segundero del reloj.

Yo hablo por mí, y lo único que puedo decir es que yo vibré bajo mi túnica. Muchos óles se me escaparon debajo de mi antifaz, al escuchar más de una pieza perfectamente ejecutada para gloria de mi Cristo, honor a mi cofradía y lealtad a la cuadrilla del misterio de Edu primero, y de Alex después.

Gracias por hacer mi penitencia menos penitencia en estos seis años. Gracias por enganchar a mucha gente que veía a mi hermandad desde las aceras. Gracias en definitiva, por cada Martes Santo que estuvisteis con nosotros. Es mi opinión personal e intransferible. La del 148.

Gloria para las músicos de 'La Sentencia'; los de "la Música que nos une..." para la cuadrilla de las penas… y la de la musiquilla de la Champions para mí. Sean felices queridos músicos, y no dejéis de seguir haciendo felices a más nazarenos como yo.

Gloria pa' ustedes.