Algo más que un Vía Crucis

Sin duda alguna, el Vía Crucis especial que la Hermandad del Consuelo celebró durante la noche del primer sábado de la Cuaresma, marcará un antes y un después en la cofradía del barrio del Pelirón, ya que la primera subida al paso del Señor del Amparo, sirvió entre otras cosas, para que muchos hermanos sintieran un 'cimbronazo' de esos que se recuerdan siempre.

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Y es que, a pesar de que el paso es el paso del Señor, y de que todo el mundo tiene asumido en la cofradia que lo de cada Miércoles Santo, no es sino producto de una evolución que aún no ha llegado a donde debiera, la presencia del nazareno en las calles de su barrio, entronizado sobre el canasto de Pineda, aglutinó en una sola, todas las opiniones de los cofrades del Consuelo, logrando una satisfacción unánime, de la que se lleva hablando desde entonces.

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Dicen que los caminos de Dios son insospechados. Está absolutamente claro. Y si no, pregunten ustedes hoy por el barrio del Pelirón, donde todo fue este año igual que siempre, silente y piadoso, sólo roto por los sones destemplados del tambor, y por la cuerda de trompetas que lastimeras, lloraron metales delante del paso, pero presentado una particularidad inolvidable: que el propio Señor del Amparo le marcó a sus cofrades el camino a seguir de ahora en adelante.

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¿Fechas? No hacen falta. Ya las irá marcando el propio Cristo. Pero ilusiones, sí. Eso sí. Todas las del mundo y algunas más...

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Enhorabuena.