Por José A. Jiménez
Recientemente un jerezano que rezuma el arte clásico heredado de su progenitor, el cual fue innovador en el toreo y en la crianza del toro bravo, ha sido reconocido en Madrid por su buen hacer en la doma clásica.
En este artículo tan solo esbozo algunas de las cualidades artísticas y logros obtenidos por Alvaro Domecq Romero, pues resultaría casi imposible, resumir en pocas líneas la dilata trayectoria del jinete jerezano.
Álvaro Domecq Romero nació en Jerez de la Frontera en 1940, en el seno de una familia bodeguera, ganadera y de grandes jinetes. A lo largo de su vida ha estado relacionado con el arte del rejoneo, la crianza del toro bravo, en el cuadrilongo como deportista, y en definitiva, a caballo como artista creando la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, que llevaría la imagen de España y sus caballos de pura raza española a lo largo y ancho de este mundo
Álvaro Domecq Romero, por entonces `Alvarito´, conseguía su primer premio a los cinco años en la Feria de Sevilla. Tan sólo un año después torea con Juan y Pepe Belmonte en Jerez. Tomó la alternativa en El Puerto de Stª María de manos de su padre en 1960. Desde que inició su carrera ha rejoneado más dos mil corridas de toros en España, Francia, Portugal y toda América del Sur.
Comienza por lo tanto una nueva etapa en la que el rejoneo se diferencia del toreo a pie, siendo en Jerez, donde se pone la primera piedra de este espectáculo, que es pieza clave hoy día en todas las ferias de España.
Con anterioridad era un solo rejoneador el que abría plaza en las corridas de toros y luego se procedía a la lidia a pie por parte de los matadores. Célebre fue el cartel formado por los `Jinetes de la Apoteósis´ formado por los hermanos Peralta y el portugués Lupi.
Una de sus pasiones ha sido el `Acoso y Derribo´, resultando ganador del Campeonato de España en 1979 y 1999. En 1973 recibe de manos , del por entonces Príncipe de Asturias, `El Caballo de Oro´, con tal motivo preparó una exhibición a la cual llamó `Como Bailan los Caballos Andaluces´, dando paso a la creación de la Real Escuela de Arte Ecuestre, de la que ha sido su director los primeros veinticinco años de historia.
Durante esta época pasan por la Escuela caballos de una calidad fantástica, gracias a prestigiosos jinetes que aprendieron junto a él y se fueron formando en el arte ecuestre. Nadie había presentado un caballo de raza español en la doma hasta entonces y fue Alvaro Domecq Romero el que lo llevó a las más altas competiciones internacionales en Bélgica, Dinamarca, Alemania y a las Olimpiadas de Atlanta, Sidney y Atenas.
Entre sus muchas creaciones, dado su espíritu innovador y creativo, pone en marcha en su Finca de los Alburejos, el espectáculo `A Campo Abierto´, un teatro imaginario en el que muestra la crianza del toro bravo en perfecta armonía con el ecosistema, demostrando que gracias a este animal único, se beneficia a la naturaleza y el medio ambiente en plena libertad del campo andaluz.
Su formación ecuestre esta cimentada en la Escuela Española de equitación de Viena, en Alemania y Portugal, sin olvidar como no, los conocimientos adquiridos gracias a su padre D. Álvaro Domecq y Díez. Cabe destacar que recientemente fue reconocido en Madrid al ser premiado con la Copa del Rey de Doma Clásica.
En definitiva, un hombre clave en la historia del rejoneo, ganadero de un encaste que es propio por su estampa inigualable de perfectas hechuras y gran jinete que tiene al caballo y al toro como sus dos grandes pasiones.