Cristo Rey, cuando aún procesionaba sin la palmera que el misterio luce actualmente, y el Cristo del Amor, situado bajo el viejo coro de la Iglesia de San Juan de los Caballeros, cuando todavía quedaba lejana aquella fatídica tarde se mayo del 81.
Estas son las dos estampas que vuelven a ilustrar nuestra ‘arqueología cofradiera’ de la mano de nuestro amigo José Antonio Jiménez.
Dos imágenes que forman parte de la historia de las cofradías de Jerez, y que hablan de la evolución que las mismas experimentan constantemente.
