Y al final, la lluvia solo apareció de madrugada, y los que decidieron dejar de creer en los Reyes Magos, para pasar sus Cabalgatas al día 4, erraron en sus planteamientos, dejando de lado la tradición más sagrada de cuantas poseemos, porque es la tradición de nuestros niños.
En Jerez no ocurrió así. En Jerez se decidió por tener los arrestos suficientes para apostar por el 5 de enero, con leves modificación en horarios e itinerarios, y al final salió cara, en este juego absurdo en el que algunos adultos han convertido el día de la ilusión. Y solo se puede decir una cosa: chapó. No llovió, y eso fue un triunfo, pero por como todo estaba organizado, tampoco hubiera sido una tragedia que hubiera llovido.
Salieron los Reyes, pasearon por Jerez, y así como os mostramos, lo vio nuestro amigo Esteban Pérez. Chapó también para él.





