''Ayer fue 8 de marzo...'' por Álvaro Ojeda

Ayer fue 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer. Un día que debería servir en primer lugar, para homenajear a todas las madres, nuestras madres, que son el comienzo de la vida, ejemplo de lucha, sacrificio, y esfuerzo, representado sobre todo en nuestras abuelas, esas que todavía siguen mantiniendo en pie a miles de familias. Ayer fue 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Un día que debería servir para erradicar esta maldita lacra de la violencia machista que deja cada año docenas de muertes sin sentido. Un día para exigir al político, las medidas necesarias para que jamás un maltratador salga de la carcel en caso de cometer un delito de esas dimensiones.

Ayer fue 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la ninguneada con su sueldo, la apartada en los libros de historia por la mano del hombre... Ayer fue 8 de marzo, un día radicalizado y ridiculizado (como marca el corrector de google) por un puñado de señoras y señoritas que mas que defender la dignidad y los derechos de la mujer, prefieren defender a sus líderas políticas, erigiéndose en portavozas de todas, a costa de pisotear las libertades y derechos de los demás.

Ayer fue 8 de marzo, y eran las siete y media de la mañana, y esa es mi mano, la mano de un cofrade sin miedos, que entendía que la libertad de estas mujeres  termina donde empieza la mía. Y como soy libre, y ese monumento representa mis creencias y convicciones, entendí que nadie tenía que utilizarlo en su nombre para su beneficio particular propagandístico. Si por ellas hubiera sido, el delantal se lo habrían colocado al crucificado en el cuello, lo que pasa que no había una escalera para subir al madero. Que lástima joé...

Así que igual de libres que ellas lo colocaron, yo lo retiré, y mientras los retiraba, en mi mente, las hermanas mayores de mi ciudad, las mujeres en juntas de gobierno, las camareras que cuidan de nuestras dolorosas, las floristas de nuestros pasos, las abuelas que cosen las túnicas, las pregoneras que fueron y que serán, las mujeres que nos regalan música tras nuestros pasos, las monaguillas que dan caramelos y agua a los nazarenos, las paveras que cuidan de nuestros niños, las madres que se queman las manos planchando las túnicas para ver a sus hijos felices... ¡y las que nos dan la vida! ...y nos enseñaron a ser cristianos, cofrades y creyentes, con el precepto de perdonar incluso cuando sin derecho traspasan nuestras libertades.

Soy partidario y aplaudo sus reivindicaciones desde su sector moderado; es hora de romper las barreras; el 8 de marzo es el día de LA IGUALDAD, es el día de luchar por una base igualitaria; toca cobrar lo mismo que un hombre por la misma cualificación académica. ¿Es justo que nuestras madres o hermanas sufran esa discriminacion? ¡Pues no!

8 de Marzo, Dia Internacional de la Mujer, la misma que se arrodilla y reza a Cristo en la cruz, incluso al de Cristina.

¡Viva la mujer, viva María, viva la Vida...!