Besamanos a la Patrona de Sanlúcar, la Virgen de la Caridad

Viajamos este viernes hasta Sanlúcar de Barrameda, ya que su Patrona, la Santísima Virgen de la Caridad, se nos presenta en solemne ceremonia de besamanos coincidiendo en este año del Señor la celebración del XXV Aniversario de la elevación del Santuario a la Dignidad de Basílica, hecho que se produjo durante el pontificado de su Santidad el Papa San Juan Pablo II.

En un contexto bucólico se desarrolla el altar efímero montado por la mayordomía de la hermandad, considerando el tema a tratar como el paraíso creado por Dios donde puso a Adán y Eva desobedeciendo al pecado. Así pues, María (la nueva Eva) se entroniza en su templete de plata como eje vertebrador de ese vergel florido en el que se ha convertido la Basílica en estos días.

Se quiere considerar también que la Santa Sede tuvo a bien conceder la dignidad de Basílica al Santuario, con el fin de edificar y recoger frutos espirituales que fuesen depositados en la Iglesia local y en la diócesis de Asidonia-Jerez a través de la devoción a Nuestra Señora de la Caridad. Por todos es sabido que la Casa de la Virgen es el epicentro devocional de Sanlúcar, y es por ello que se hace este guiño que se puede ver materializado en el contexto floral en el que se desarrolla el besamanos.

Algunos detalles a destacar del altar son las dos ménsulas que escoltan el presbiterio, presididas por el Sagrado corazón de Jesús y el Inmaculado corazón de María, iconografías a las que nuestra Diócesis ha sido consagrada recientemente por nuestro pastor D. José Rico Pavés. Cabe destacar también los dos ángeles que portan las dos tablas originales del siglo XVIII propiedad de la hermandad, en la que rezan las misas cantadas y el oficio de lectura que había que celebrar en el Santuario.

La Santísima Virgen por su parte se nos muestra vestida completamente de blanco símbolo de la pureza virginal que la categoriza según el Dogma Concepcionista defendido por los Santos Padres de la Iglesia y que la corporación, como institución eclesiástica así promulga también. Con saya y manto de tisú de plata bordado en oro y las coronas y rostrillo de oro y piedras de la Coronación Canónica se completa el aderezo de la Señora.

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