Crónica de Jueves Santo y 'Madrugá': Crónica de cinco episodios cofradieros

30/03/18 Cofrademanía A. Cañadas

La Semana Santa ha llegado, con su enorme carga de cansancio, al final de los días que nos dan la vida. Esos que nos recargan el alma para aguantar, como la batería del móvil, otro añito entero. Una semana larga, que sin embargo, al llegar a la mañana del Viernes Santo, se nos dibuja como la más corta de todas. La más intensa y emotiva de todas. La más rápida de cuantas nos han pasado por delante.. de todas las que conocimos durante el último año. Y en esta rapidez, hay una jornada doble, Jueves Santo y Noche de Jesús, que pasan en un sólo episodio, o mejor dicho, en cinco episodios distintos, engarzados en una sola secuencia, que se inicia cuando abrimos los ojos el Jueves Santo por la mañana.

Capítulo 1: La mañana del Amor Fraterno

La del Jueves Santo es una mañana para estar en la calle. Mañana de copa y familia. De pasar por la hermandad, si eres de una hermandad incluida en este mini ciclo. De visita a los templos que preparan con ilusión la estación de penitencia. Mañana de dormir algo más, que es mucho lo que viene, pero no quedarse en la cama hasta mediodía. Esto fue lo que nos permitió ver el paso del Santo Cricifijo con iris morados -maravillosos- o estar en el estreno de la túnica del Señor de la Sentencia, cuando la imagen subió sobre su paso, después del traslado desde la casa de hermandad. Mañana para ver los altares de insignias, como el de la Oración en el Huerto, la Lanzada, o la Vera Cruz. Una mañana luminosa desde San Francisco a los Salesianos, o Santiago, que eso sí, nos hizo mirar el móvil más de la cuenta, porque ya a esas alturas, algo feo se cocía para la mañana del Viernes Santo. Tocaba esperar.

Capítulo 2: La tarde de los Oficios y las procesiones

La del Jueves Santo, es una tarde para empezarla temprano, a eso de las cinco, acudiendo a la celebración de los Santos Oficios, ya que el Jueves es el día de la Cena del Señor. De la proclameción de la Eucaristía. De la misa del Lavatorio de Piés. Es el Santo del Señor. El del Cristo hecho Hombre, que sabe que morirá por nosotros en sólo unas horas. Es Jueves Santo, el día en el que todo comienza a dibujar el final, y el principio a la vez. 

Tarde de campanilla y Sagrario, que además, abocetaba cinco cofradías llegando a la Catedral, precisamente cuando empezaron a vislumbrarse esas cosas que todos los años provocan después, ríos de opiniones en las tertulias de balance a la Semana Santa. Porque un año más, la tarde del Jueves Santo volvió a convetirse en un laberinto inexplicable, en el que todo era respetado -más o menos- menos los horarios del día. Acelerones inexplicables. Cortes inexplicables. Separación de las cofradía en Carrera Oficial, absolutamente inexplicables. ¿Probemas en la configuración de los horarios? ¿Falta de respeto entre cofradías? ¿O simplemente incapacidad para hacer las cosas como Dios manda? Un descaraje -con perdón- que provocó que en los palcos, todo el mundo preguntara qué ocurría, cuando tras pasar una hermandad, detrás sólo venía el vacío. Un auténtico desastre en toda regla, y además, repetido año tras año, que es lo peor.

Capítulo 3: Una noche cofradiera y elegante

Pero entonces, llegó la noche, y como por arte de magia, todo se arregló. Como si las cofradías hubieran necesitado un tiempo de rodaje, de repente, todo comenzó a ser cofradiero. Es mas. Exquisítamente cofradiero. Y así, Vera Cruz dibujó de regreso a San Juan, sus habituales preciosas estampas por el Carmen o calle Francos. Había retraso, bastante, pero daba igual, porque la cofradía ya había puesto velocidad de crucero, y al compás de la 'Astigitana' del maestro Campuzano, desgranaba un rosario de pétalos, que inundaba de solemnidad la frontera entre el Jueves Santo y la 'Madrugá'. Y eso mismo pasaba a esa misma hora, con la Hermandad de la Redención, una cofradía que ya sin ninguna otra hermandad por delante, ponía rumbo al Santuario de María Auxiliadora, no sin antes dejar en Tornería su hechura y su impronta, esa que tendrá que ir completando el paso de los años. Por cierto, este paso de misterio, visto desde los balcones, a una cierta altura, presenta matices que desde abajo no se ven, por la lógica de las perspectivas. Pero son magníficos. Absolutamente magníficos.

Magnífico fue también lo que nos dejó llegando a Santo Domingo, la Hermandad de la Oración en el Huerto. Posiblemente, Manolo Ballesteros no opinará lo mismo, porque el trabajo de su cuadrilla en Tornería, estuvo a punto de costarle un infarto. Pero quienes sólo estábamos allí como espectadores, podemos asegurarles que fue, hasta el momento, uno de los pasos por Tornería más vibrantes, de cuantos hemos visto este año. Seguro. Y después, la cuadrilla del palio, quizás conocedora de lo bien que lo habían hecho sus compañeros del misterio, quisieron no quedarse atrás, y al son de 'Hossana in Excelsis', se marcó otra chicotá maravillosa, que inundó de fragancias este rincón de la ciudad, en el que a esa hora no se cabía, aunque eso sí, quizás a causa de un público excesivamente juvenil, que sale a lo que sale cuando llega la noche del Jueves Santo.

Mientras, la Hermandad de la Lanzada, se recogía en el Carmen de manera solemne. Como siempre. LLegando, viendo y triunfando. La recogida no es sino una prolongación de la estación de penitencia en la Catedral, de ahí que la cercanía entre ambos templos, facilite lo que cada año nos enseña, eso sí, sabiendo que el año que viene, quizás, y ya que la orografía de la plaza Belén volverá a permitirlo, se recupere el paso por el Convento de Santa Ángela de la Cruz. Ya lo veremos. Pero la verdad es que sería algo muy interesante, como ya lo era.

Y para cerrar la Noche, la Hermandad del Mayor Dolor. Una cofradía que desde que salió de San Dionisio, parecía ir tarde, descolgada, y corriendo.. o no. Quedaba la duda de saber si se recogería tarde o recuperaría horario, ya que el comentario en la calle andaba por esta última idea. pero nada de eso. La Plaza de la Asunción fue fiel a su cita, un año más, cuando ya se sabía que la junta de gobierno de la Yedra estaba reunida, a ver qué pasaba. A esa hora, el palio del Mayor Dolor ya caminaba por calle Letrados, mientras el misterio del Ecce Homo y la Agrupación 'San Juan', ponían contrapunto de dolor a la escena de Cristo presentado ante el pueblo. Presentado a las cinco en los Santos Oficios, como Dios de Bondad y de Vida, y presentado como reo de Muerte en la antigua Plaza Escribanos a eso del inicio de la madrugada. Fin al Jueves Santo mientras iba llegando a su casa la Redención, e iba entrando en Santo Domingo la Oración en el Huerto, y entonces, a esperar decisiones...

Capítulo 4: Sólo fue 'Noche de Jesús'

Y las decisiones fueron las peores posibles. O mejor dicho, las mejores posibles, pero con las peores noticias. El Santo Crucifijo, sabiendo que por la mañana habría posibilidad de lluvias a eso de las seis, decidía no salir este año, y no arriesgar su patrimonio, teniendo en cuenta el misterio recientemente restaurado. La Yedra hacía lo propio una hora después, tras apurar todo lo que se podía. El problema era que la mañana caminaba hacia las lluvias, y no huyendo de ellas. Parecía que sí, pero al final fue que no. Y tampoco salió. Las Cinco Llagas también apuró para su decisión, y hubo un momento de la noche en el que quizás sí... pero también fue que no.

Y en esas estábamos, cuando la Unión de Hermandades informó que la Hermandad del Nazareno, ante lo despejado de la Carrera Oficial, había decidido salir media hora antes, y lanzarse a su estación de penitencia, recortando el horario todo lo que se pudiera. Dicho y hecho. Mientras desde Santiago, la Buena Muerte también suspendía su salida procesional, la Hermandad de Jesús salía y volaba para llegar a la Catedral con una hora de adelanto, y después volverse por José Luis Díez y Tornería, regresando a San Juan de Letrán a las siete de la mañana. Un recorrido completo que se realizó en solo tres horas y media, dejándonos para la anecdótica el hecho de recogerse de noche, en una estampa absolutamente inusual. Bien. Salió Jesús que era lo importante, y salió la Virgen del Traspaso, para volver a marcar una nueva muesca en la historia de esta ciudad. Arqueología cofradiera en estado puro. La Noche de Jesús, más de Él que nunca.

Capítulo 5: La mañana de la Esperanza

No hubo mañana de la Esperanza. Tampoco hubo mañana del Nazareno. La noche fue compañera de todo lo bueno que pasó, y también de todo lo malo. Además, el Nazareno regresó a Cristina comenzando ya a chispear, un barrunto tan solo del chaparrón importante que cayó sobre Jerez en cuanto amaneció, lo que demuestra que todas las cofradías acertaron en sus decisiones. Las que no salieron, porque se ahorraron la mojada, y la que sí salió, porque apostó y ganó, en la que sin duda ya es, una de las estaciones de penitencia más veloces de las que ha conocido esta ciudad.

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