Crónica Íntima: Detrás del antifaz...

Detrás del antifaz se ve pasar la vida a otro ritmo distinto. Se ven las cosas de otra manera, o quizás se ven tal como son, y es el resto del año cuando las vemos como no son. Detrás del antifaz suena todo mucho más opaco. Más de dentro de nosotros mismos.

Detrás del antifaz surge cada primavera, la ocasión de encontrarnos de verdad con aquel que todos los días vive con nosotros, pero al que no solemos escuchar, simplemente porque no solemos pararnos a ver qué tiene que decirnos. 

Detrás del antifaz, regresamos cada Semana Santa a aquel rincón de siempre, donde todos los años nos vamos dando cuenta de cómo la vida nos marca un año más en su calendario.. o nos regala un ciclo más de esperanzas.. o nos muestra hoy al joven enamorado al que un día conocimos de la mano de su abuelo... quien ya no está... 

Detrás del antifaz pensamos en todo y en todos. En las deudas que fuimos dejando. En los pagos que nos fueron haciendo. Detrás del antifaz no importan las carreras oficiales ni las esquinas del tiempo. Solo importa el silencio del hombre, y la verdad o mentira de todo lo que sucede, al otro lado... del antifaz. 

Detrás del antifaz renacen los miedos. Las dudas. Las vergüenzas. Las trampas. Los vacíos del alma. Detrás del antifaz late el perdón oculto. La misericordia eterna. La razón y la sinrazón. 

Detras del antifaz también se vive la Semana Santa. Se ve fugaz aquel Cristo que pasa cerca de nuestra cofradía. Se oye intensa la marcha del palio que cruza ante nosotros.. o se siente la ternura del padre que coge en brazos a su nazarenito... de mechones rubios y capa blanca.

Detrás del antifaz está Dios. El único Dios. El verdadero Dios. Pero eso ocurre, solamente, cuando nos damos cuenta de que ni la soberbia, ni la avaricia, ni el egoísmo... caben lo más mínimo... detrás del antifaz...

(Dedicado a todos los que saben llevar una túnica nazarena, respetándola y amándola como se respetan y se aman tan sólo muy pocas cosas)