''Crónicas tuiteras'' por @Daríodejerez

CRÓNICAS TUITERAS
Publicidad REFLEXIONES DE UN TUITERO ANÓNIMO (aún) @DariodeJerez

Desde que el Hombre asomó por vez primera su cabeza fuera de la cueva ha mostrado temor hacia lo desconocido. Esto es así por mero instinto de supervivencia, claro está. Depredadores, fenómenos de la naturaleza, Twitter. Puede que me haya adelantado demasiado en el tiempo, pero es que es ahí a donde yo quería llegar. Porque en los últimos meses, estamos asistiendo a un fenómeno nunca antes ocurrido, como es la proliferación de perfiles anónimos (mejorando lo presente), especialmente en esta red social del pajarito. No es nada nuevo, puesto que “opinadores” anónimos, como en cualquier otra plataforma, los hay desde sus orígenes. La cuestión es que ahora han desembarcado en Jerez y más concretamente, en su actualidad cofrade, con permiso del creador de aquella misteriosa pagina web denominada “El martillo”, que ya azotó anónimamente a nuestra aristocracia de sangre morada.

Y ¿dónde está el problema? Pues en el hecho de no saber de donde te vienen las tortas. La prueba que demuestra esta afirmación es el interés que existe por desvelar dichas identidades. Los dirigentes cofrades e incluso los cofrades rasos, ansían saber de dónde surgen comentarios tan ingeniosos, atrevidos, osados o desafortunados, según el caso. Necesitan ponerles nombre, apellido, cara y cofradía para calibrar el mensaje a imagen y semejanza del mensajero. Etiquetar. Y ese es precisamente el motivo por el que, al menos en mi caso, tuiteo de manera anónima. Como dicen en Stigmata: “Il messaggero non e importante”, pero tranquilos, no es que me crea una especie de elegido para contar verdades o salvar la ciudad a través de mis comentarios. No, al menos en mi caso, no se trata de eso. Simplemente consiste en centrarnos en el qué y no en el quién. Muchas veces (demasiadas) se trata de publicar simples pamplinas, que diría el gran Avanti y otras, oculta por alguna suave capa de humor e ironía, hacer reflexionar sobre las más diversas cuestiones de nuestro Jerez, de España y la Humanidad, según ande la actualidad. Y no pasa nada.

Por cierto, que este anonimato voluntario choca frontalmente con el argumento de quienes opinan que lo que hay detrás es un ego del tamaño de un paso de misterio. Escasa recompensa por unos cuantos likes, si nadie puede luego reconocerte por la calle para darte un golpecito en el hombre por tu posible ingenio. Ahora, eso si, nunca emplearé esta, llamémoslo ventaja, para insultar o hacer comentarios de mal gusto. Pienso que quien así lo haga recibirá su merecido. Y no me refiero a que vaya a ir una cuadrilla de relevo a convencerle a golpe de molía, sino a que sus seguidores se lo harán pagar. O mejor dicho, tendrá los seguidores que merezca o el vacío por respuesta. Al menos eso quiero pensar.

Dicen que Aristoteles dijo (no hay audios de esto) que el secreto del humor está en la sorpresa. Pues eso es a lo único que yo aspiro, a tratar de sorprenderles cada día, o no, con mis ocurrencias. Luego los corazoncitos indicaran cuando se va por el buen camino y cuando se ha errado el tiro.

Una última cosa. No se crean nada de los que les digan que si se meten con ellos se están metiendo con una entidad superior a la que representan. Eso es más viejo que salir andando con el izquierdo. Entre otras cosas porque han demostrado ser los primeros que se pasan esa entidad superior a la que representan por el forro del antifaz en cuanto la cosa se les tercia.

Nos leemos en Twitter. Y no teman, no son más que letras unidas con cierta guasa.