Dos alumnos triunfadores

En un ensolerado tabanco de decoración taurina, citamos a dos jóvenes valores de la tauromaquia jerezana que triunfaron en la novillada de la última Feria del Caballo: Antonio Moscoso y Miguel Andrades. El ambiente fue muy bonito. Salieron por la puerta grande; es la tercera vez que lo hacen. Queremos hablar con ellos de esa tarde, de cómo ven la fiesta de hoy día y del futuro que tienen por delante.

Torear en una plaza de Jerez casi llena fue un sueño cumplido. Los novillos de Lola Domecq salieron bravos. Antonio es autocrítico y pese al rabo no se siente satisfecho. Disfrutaron ambos desde el primer tercio de quites. Las banderillas permitieron mostrar una competencia mutua. Sacar una silla indica ganas de recuperar las formas añejas. Usar medias blancas es una  despedida de una etapa y deseo de pasar a mayores. Dar la vuelta al ruedo es algo muy bonito que permite mirar a las caras contentas de la gente que te quiere y recibir sus aplausos.

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La faena que realizó uno contó con la colaboración del novillo pero exigió salir a darlo todo desde el principio. El otro ideó un planteamiento novedoso sin dejarse ganar la pelea; recordemos las banderillas con un sombrero, por ejemplo. El uso de la espada necesita una hora más de clase. Ambos cuentan las sensaciones de la salida a hombros y les cuesta encontrar la palabra exacta para definirlas; tan sólo saben que es una experiencia que no olvidarán nunca.

Uno estudia , otro trabaja y, aunque sin antecedentes familiares (salvo la hermana Sandra), son alumnos ya veteranos de la Escuela de Tauromaquia de Jerez, donde llevan nueve años. Están agradecidos a la Escuela y al personal que la sirve, director, profesores, preparador físico, mozo de espadas, administrativos, compañeros e incluso antiguos alumnos que no coincidieron con ellos aunque sí iban a entrenar; de todos guardan buenos recuerdos. El detalle que retiene Miguel es una becerra como regalo de fin de curso y que no consiguió matar. Antonio también recuerda su primer becerro estoqueado, en Málaga. Miguel lleva setenta actuaciones y Antonio, unas treinta; de ellas, han sido de luces más o menos la mitad. El ciclo, el año pasado, tuvieron la suerte de participar en el concurso de Canal Sur, que les dio a conocer ante mucha gente. En el futuro inmediato cuentan con las actuaciones que les tiene buscadas la Escuela, en tentaderos y en becerradas.

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Tienen ya un concepto de toreo, se inclinan por la línea de arte; si el uno se fija en Morante el otro amplía sus modelos a toreros del pasado, también de corte artístico. Son cuidadosos con la indumentaria. En cuanto al futuro de la fiesta, aunque dentro de la Escuela se ve todo muy bonito y le ven buenas perspectivas, creen que es necesaria la unión de todos los sectores para seguir adelante, y así no haría falta ayuda de fuera.

Finalmente, en cuanto a lo personal, ellos triunfarán o quizás no pero lo seguro es que siempre se sentirán unidos al mundo del toro. El triunfo de la Feria del Caballo 2015 no se borrará nunca.

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