El Consejo de Sanlucar desmiente nuestra información sobre la Procesión Magna Mariana

Para que las cosas salgan bien, lo mejor es prepararlas bien. Saber cómo hay que organizar lo que se deba, y después, marcar las pautas que tienen que seguirse. Y a partir de ahí, a trabajar. 

El pasado lunes fue aprobado en el Pleno de las Cofradías de Sanlúcar de Barrameda, la celebración de una Procesión Magna Mariana, con motivo de los 500 años de la Circunnavegación. Una procesión cuyo intento de organización alcanzaba ya su tercera edición, tras un primer capítulo que llegó quizás demasiado cercano al Santo Entierro Magno de 2011, y un segundo capítulo que desmontó en su día don Juan Jacinto del Castillo, por haberse planteado antes de que el asunto llegase al Obispado asidonense. (Existen interesantes videos sobre esto, de los compañeros de la televisión sanluqueña).

Como bien nos contaron el pasado día 30 por la mañana nuestras fuentes en Sanlúcar (donde alguna tenemos), y como bien refieren igualmente los compañeros de 'Albores de Primavera', este asunto se llevó al referido Pleno y se debatió durante un rato, quedando todos los presentes enterados, de que por parte de Palacio, no habría problemas a esta celebración. Y a partir de ahí, la hecatombe. Ya que por alguna causa que desconocemos, y que seguramente estará ligada a una forma deficiente de hacer las cosas por parte de este Consejo de Cofradías, aparecieron nervios de todo tipo a causa de nuestra publicación sobre el asunto, publicacion en la que dábamos por cierta esta muy interesante noticia de la que incluso se hacían eco los compañeros del Llamador de Sevilla, es decir, los primeros espadas de la información cofradiera en España. 

Y claro, como lo fácil es desmentir al que informa, el Consejo de Sanlúcar, en un alarde de orgullo, publicaba este pasado viernes un comunicado que no tiene desperdicio, en el que -como suele ser habitual- se lanzaba a gritarle al mundo, que de lo publicado en Cofrademanía (aunque ellos por supuesto no nos citan) ‘nati mistrati’. Es decir, que ni hay proyecto de Magna, ni hubo tal aprobación en el referido Pleno, ni este asunto cuenta con las bendiciones del Obispado (lo de beneplácito nunca lo escribíamos nosotros). Es decir, y dicho en román paladino: que en esta casa mentíamos con lo publicado. 

Pues muy bien. Siguiendo en esta línea entonces, y puestos a seguir 'mintiendo', podemos contarles también a ustedes, que existe un importante grupo de hermanos mayores en Sanlúcar, que está hasta 'el gorro' de su Consejo. Que hay quien ya promueve una recogida de firmas para la convocatoria de un Pleno Extraordinario que arroje luz sobre este despropósito. Y que no son pocos los que anuncian sin ningún pudor, que al actual Consejo le quedan dos o tres semanas de vida. Sabemos incluso que ha habido intención de llamarnos para desmentirnos lo publicado. Nunca se ha producido tal llamada. Sabemos también que hay pesquisas para buscar al filtrador de esta supuesta bomba informativa. Tampoco sabemos si ha habido éxito en esta importantísima empresa. ¿Seguimos? 

Y es que, como parece suceder casi siempre, las controversias que surgen dentro del ámbito capirotero, suelen contar para los necios, con el 'pim pam pum' hacia la prensa especializada. Da igual que se tengan décadas de experiencia a las espaldas. Da igual que se pertenezca a colectivos legalmente autorizados para el desarrollo de esta actividad profesional llamada Periodismo. Da igual el ejercicio libre de la profesión. Cuando al cofrade de turno le da por echar la culpa de sus males a los periodistas, ya hay enemigo común al que atacar, y todos a por él.

El consejo de Sanlúcar se ha permitido la licencia de dudar de la solvencia, rigor y credibilidad de esta página web. Bien. En su derecho está. Pero desde esta casa entendemos que no tenemos a estas alturas que demostrar nada. Todos cometemos errores. Por supuesto. Pero a lo mejor quien no es solvente es quien ha metido la pata en el mismo tema por tercera vez. Una metedura de pata que vuelve a costarnos -o al menos eso parece- la posibilidad de disfrutar de Sanlúcar y sus cofradías en un evento sencillamente extraordinario.

Una pena.