El Corpus que -otra vez- se quedó en la Catedral

La Catedral de Jerez acogió por segundo año consecutivo la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi, sin que el final de la misma estuviese salpicado por los tintes procesionales que cada año dan forma a los honores que la ciudad rinde al Santísimo Sacramento.

Por segundo año consecutivo, todo se circunscribió a lo que debía pasar bajo las bóvedas catedralicias, y la verdad es que todo resultó sencillo, solemne, y hermoso, bajo la presidencia de don Federico Mantaras, administrador apostólico de Asidonia. Corto, eso sí, ya que faltó la gran mayoría del clero diocesano, suponemos que a causa de las medidas restrictivas del Covid, pero con una Catedral que de nuevo se llenó, como correspondía a la ocasión.

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Aún así, quedan muchas preguntas en el aire. Por ejemplo, la que plantea por qué tras la Exposición Mayor de Su Divina Majestad, no se bendijo al pueblo desde la puerta grande de la seo, como ya se hiciera el año pasado. 

Sabemos que en Medina, en Rota, en Bornos… y en tantos otros rincones, el Santísimo procesionó, o en todo caso se asomó a sus gentes. Pero en Jerez, no. En 2020, en pleno proceso de desescalada, y con números muy peligrosos todavía en materia sanitaria, las hermandades fueron citadas en la Catedral con sus guiones -aunque luego no se les hizo ningún caso- y el Señor no se limitó a la Custodia sobre la mesa del altar, como ha ocurrido este 2021.

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En fin. Esto es Jerez, ya saben ustedes, esta tierra que lo mismo es capaz de las cosas más sublimes que de los esperpentos más alucinantes. Y este año tocó comodidad. ¿Qué le vamos a hacer? 

Habrá que confiar en que llegue pronto un nuevo obispo con las pilas cargadas, y lo que es más importante, con ganas de cargarle las pilas a todo el mundo...

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