El llanto de María...

Nunca es tarde para detenerse a pensar en el seguro camino a Cristo, que nos muestra María con su ejemplo y entrega. Nunca es tarde para saborear unas lágrimas dulces, que saben a dolor y a luto, pero que al mismo tiempo se impregnan de Salvación. De Redención y Eternidad. Nunca es tarde para pasar por el Miércoles Santo, probando a detenernos en los ojos de María. Nunca es tarde. Jesús marca el camino. Guía los pasos, y arremolina las devociones junto a Él. Prendío en Santiago. Arrodillado en San Lucas... o Flagelado en Los Descalzos...; y detrás, siempre, María, en silencioso caminar tras el Señor. 

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María llena de Gracia. María Reina del Cielo. Maria... Madre dolorosísima tras Cristo, a la que llaman de las Mercedes en el barrio de La Granja. A la que llaman del Consuelo por el Pelirón... a la que rinden cincuenta y dos años de Penas y de Lágrimas en la Capilla de la Caridad. María. Eterna aflicción de Dolores y Amarguras. Eterno Desamparo bajo un cielo grana y oro donde llora la Virgen.

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Nunca es tarde para dejarnos llevar por las dolorosas que mandan en un día como hoy. Haced la prueba. Solo por este año... para empezar. Y ya veréis como María es embrujadora que nos atrapa junto a Ella para siempre. Nuca es tarde. Ya lo veréis.

Nunca es tarde. 

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