Parecía que la meteorología depararía sorpresas desagradables, pero finalmente no fue así, y Madre de Dios del Rosario, Patrona de los Capataces y Costeleros de Jerez, pudo cerrar ayer, brillantemente, el ciclo procesional que Jerez dedica cada año a la advocación del Rosario.Y lo hizo con su procesión de cada octubre, esa misma que ya llevaba varios años coincidiendo con alguna otra procesión extraordinaria, esa misma que sigue sin despegar del todo, por razones de todo tipo que, insistimos, debieran ser ya revisadas por quienes tienen la obligación de hacerlo.
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Y es que, Madre de Dios, será lo que ustedes quieran, pero no Patrona de nada, y eso quedó ayer demostrado una vez más.
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¿Falta de implicación, de interés, de ilusión? Ni idea. Pero lo que no es de recibo es que desde la Cruz que abría cortejo, hasta la banda de música, sólo hubiera unos treinta metros, y eso tirando largo...Y lo peor no es eso.
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Lo peor es que no es esta una situación para nada nueva, que tenga muchos visos de cambiar.