Elegancia a contraestilo...

Jerez tuvo su Pregón de la Semana Santa 2021. Seguramente no fue el Pregón que hubiésemos soñado. Seguramente aún queden en el aire mil preguntas sobre la ausencia de Pablo Baena, o sobre las explicaciones que desde enero está dando el Consejo para justificar lo de este año. Da igual. Lo único cierto es que no fue como siempre, pero fue, que es lo importante, y para el anecdotario de Antonio Moure (el que más y mejor sabe de estas cosas) ya quedará por siempre cómo fue lo que Villamarta nos regaló el Domingo de Pasión del año de la pandemia.

Y lo que nos regaló, fue sencillamente, otra cosa. Un acto lírico y musical, en el que la voz cantante y el hilo conductor, lo marcó el Stabat Mater de Pergolesi dirigido por Ángel Hortas, y en el que siete pregoneros de la Semana Mayor jerezana nos ofrecieron siete reflexiones diferentes, sobre siete momentos de la Virgen, cada uno en su estilo, y con su sello único y personal.

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Andrés Luis Cañadas, el decano sobre las tablas, presentó a sus acompañantes, y tras él, Gabriel Álvarez reflexionó sobre las Angustias de María, Paco Garrido sobre la Amargura, Andrés Cañadas hijo sobre la figura de la Virgen como puerta hacia la Vida Eterna, Jesús Rodríguez sobre la presencia de María ante la Expiración de Cristo, Antonio Gallardo sobre el Desamparo de la Virgen, Ángel Rodríguez sobre la Soledad que a todos nos acompaña en algún momento de nuestras vidas, y de nuevo intervino Cañadas Machado, quien trazó un camino del recuerdo a la Esperanza, rematando con su final del Pregón de la Semana Santa de Jerez de 1978. Chapó.

Algo distinto. Diferente. A contraestilo, y seguramente algo que muy pocos hubieran diseñado así. El Domingo de Pasión, supuestamente, merece otras alegrías. Pero fue lo que tocó, y la verdad es que gustó a casi todos. Así que acierto final para una jornada, en la que todos coincidimos en algo seguro: que sea la última así que nos toque vivir.

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