''Esconded a los niños, y que se alejen de mí'' por Álvaro Ojeda

Parafraseando y 'tuneando' la frase bíblica, esta podría ser la maquiavélica intención de algunas cabezas, y que defiendo en el trasfondo político del cambio de Carrera Oficial. Hay un puñado de hermandades que quedarían completamente ocultas a los ojos del publico itinerante de la Semana Santa, que son aquellos que van a ver procesiones en las grandes calles. Las que se quieren cargar.

Este apaño, disfrazado de evolución, privaría a los niños de ver los andares de la Cena, a no ser que sus padres paguen un palco o tengan los cojones suficientes de meterlos en la bulla de la salida o la recogida. Objetivo conseguido, nicho de futuros cofrades eliminado.

Pero otra hermandad que sufriría la misma puñalada, sería la hermandad de los niños. La Borriquita. Esta cofradía es históricamente, permítanme y que nadie se enfade, la cofradía de la ilusión. Los niños, eso es la Estrella, los niños. Igual que el Prendimiento no sería ni la mitad de lo que es sin sus gitanos, la Borriquita no sería nada sin sus niños.

Otra que se escondería por 'la ratonera', apartando de las principales calles la savia nueva de nuestras cofradías, mientras los que no nos pueden ver, campan triunfantes por donde llevamos años pasando.

Repito lo mismo: lo hermanos mayores, en pocos días, se convertirán en cómplices de los que nos quieren quitar.