"Feli, te vamos a echar de menos."

Feli, te vamos a echar de menos. De hecho, ya lo estamos haciendo.

Un frío de despedida nos ha crujido en el corazón este lunes del mes de julio, con la triste noticia de tu adiós. ¡Qué paradoja! Todos sabemos que aspirabas al Cielo para estar con la Esperanza, pero nos puede el egoismo. Queríamos que te quedaras. Que te curaras. Que no te fueras. Pero al final ha sido la voluntad del Señor de la Sentencia... y te has ido a buscar la luz entre las estrellas.

Te vamos a echar de menos, Feli.

Vamos a echar de menos tu presencia delante de los pasos con tus cámaras colgadas al hombro y sobre el pecho. Vamos a echar de menos verte apuntándonos con tu objetivo. Vamos a echar de menos tus fotos cofrades y también aquello de buscarnos en Internet a ver qué tal habíamos salido... y vamos a echar de menos los ratos de tertulia esperando que se abrieran las puertas de los templos.

Vamos a echar de menos tu zambomba con su compás sonoro. Tu opinión de veterano corista a la hora de elegir repertorio en Navidad. Tu cariño a tus nietos sentados junto a ti con sus mini zambombas y sus cubos de agua... y cómo no, tu presencia siempre en la Plazuela junto a los tuyos, un año tras otro y tras otro.

Te vamos a echar de menos cuando volvamos a entrar por la casa de hermandad de la Plazuela y tu recuerdo quede colgado en las fotos de la pared. Cuando se cuenten historias de la cofradía, aquellos años en los que no había un duro. Cuando se recuerde a esa inmensa cuadrilla de 'yedreros' de ley que ya se marcharon, dejándonos su estela de gente buena. De gente grande.

Te vamos a echar de menos vestido de nazareno. Con tu antifaz verde sobre el hombro después de la recogida. Con tu mirada agradecida al Señor y a la Virgen...

¡Qué palo, Feli! ¡Qué palo!

Julio se ha vestido de negro en medio de los soles. Ley de vida, pero qué ley más malage.

Descansa en Paz allá donde nos esperes y echa un ojito por aquí de vez en cuando, donde siempre tendremos un guiño cómplice 'pa' ti.

¡Te vamos a echar de menos, Feliciano Gil!

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