''Filtraciones'' por Andrés Cañadas

Tan viejo como el periodismo, y tan útil o inútil como el resultado final determine. Siempre existieron, y siempre existirán, porque siempre terminan teniendo repercusiones, en un sentido o en otro, y porque siempre hay quien gana, pescando en río revuelto, ya que hay quien sabe manejarse en estos ambientes de una manera maravillosa. 

Son las filtraciones.

Publicidad Las noticias que se guardan como oro en paño pero que al final terminan saliendo a la luz pública en tal o cual medio de comunicación, para desesperación de quien intentaba que las mismas no se conociesen, y para cabreo mayúsculo -generalmente- del resto de los medios a los que no se les transmitió el 'macutazo', quedando atrás en esta cainista carrera por la audiencia en la que nos movemos desde que el mundo es mundo.

Y eso es lo que hay. No le den más vueltas. Filtraciones sin piedad que sirven para que se muevan aquellos temas que interesa que no se aparquen, o para que vuelvan a resurgir las viejas cuestiones que parecen quedar en el olvido de quien las creó. 

Por eso se vuelve a hablar ahora de la Carrera Oficial y de sus posibles cambios. Porque a alguien le interesa todo esto. Igual que se habla de la salida de Cristiano del Madrid, o del fichaje de Vitolo por Las Palmas. ¿Para qué sirve eso? Pues simplemente para que los temas sigan activados, ya que al final, detrás de la filtración, existe el interés de alguien porque así sea. Un interés que además, nunca suele ser gratuito y desinteresado, y ahí es donde entra la destreza del periodista, o del medio, para publicar lo que acaba de ser filtrado, sin convertirse - o sí- en cómplice de la cuestión.

Publicidad Y aquí llega la segunda parte de este asunto: ¿filtra una entidad, o filtra un particular que no está de acuerdo con la entidad?

Publicidad Ahí es donde radica el verdadero problema, ya que en el primero de los casos, las filtraciones se convierten en globos sonda que buscan conocer la opinión general sobre algún asunto en particular; pero en el segundo de los casos, las filtraciones se convierten en acciones llenas de deslealtad, maldad y de egoismo, cualidades que nada tienen que ver con el bien común que persiguen las instituciones. Y cuando esto ocurre, sólo hay una solución posible.