Dieciseis años de expediente y tres últimos de frenética espera, culminaron este domingo en la Escuela San José. Allí tuvo lugar de manera sosegada, un besamanos extraordinario a Nuestra Señora de la Estrella, que nos permitió ver a la dolorosa por primera vez con su nueva corona y en la cercanía de estas citas.
Fue entonces cuando pudimos comprobar, sin prisas, lo bien que la sienta a la Virgen su nueva presea. Lo acertado de su diseño y sobre todo realización. Pudimos ver a su hermandad disfrutando ya sin carreras lo que todo lo vivido ha significado para los hermanos, a los que una sonrisa feliz les llenaba el rostro y el alma. Plenitud.
Con el besamanos de este domingo se cierra la última de las Coronaciones Canónicas que hemos podido vivir en Jerez. Una Coronación preciosa, que nos ha dejado para el recuerdo, un inicio de curso de los que ojalá se pudieran vivir todos los años. Sí señor.
¡Enhorabuena!
