''Gracias Don José; gracias Dioni'' por Álvaro Ojeda

Era indudable que la buena voluntad de Don José recibiría críticas feroces. Primero, de los enemigos en casa, y luego de los enemigos de fuera. Desde la prensa comunista, pasando por la prensa subvencionada e hiperventilada marca blanca del gaditano rotativo que ya tiene menos fuerza en crear opinión que el tabaco holandés. Eso sin olvidar, la infructuosa artimaña de la delegación del gobierno en Cádiz, comisarios incluidos al frente, que intentaron frenar las voluntades de quién manda, le pese a quien le pese, en este arrinconado sector de la Cruz.

Tras el paso al frente de Don José, y quedándose solo como Jesús en el Huerto de los Olivos, decidió poner paso firme a una Calle de la Amargura donde recibiría todo tipo de trabas. Es ahí donde aparecieron las hordas teledirigidas por quienes desde sus poltronas de poder no pudieron frenar a nuestro obispo, quien se vio perseguido, insultado y manipulado en artículos y noticias sin fundamento alguno, por quienes además intentaron buscar la foto o el video carroñero de quienes lo insultaban a la entrada del templo, pagados o incitados desde altas esferas.

Negativo. No lo consiguieron. Fuimos muchos los que le trazamos a Don José una estrategia de desplazamientos que despistara a los que por doce monedas de oro intentaron vender a nuestro obispo en esta Semana Santa.

Sin duda, el presidente de la Union de Hermandades cumplió una misión de cobertura a la altura del cargo que ostenta. Un presidente que supo representar con su presencia y de manera noble y leal, a todos los que bajo su mandato nos encontramos. Un presidente, que en una foto, se hizo espejo de lo que todos sentíamos a cada segundo de la ya pasada Semana Santa. Una foto histórica, inmortal, sublime y única que humaniza al hombre ante la desdicha, curiosamente, un hombre ante la Clemencia y la Salud y Esperanza que todos necesitamos mas que nunca. Sin duda, un documento para lo anales de nuestra Semana Mayor.

Dicho esto, les deseo suerte, mucha suerte. Su unión nos da fueras y confianza. Vienen tiempos de ceder entre nuestros egos, de escuchar, de perdonar, acciones… y dineros. 

Lo demostramos en la Magna y el Congreso Nacional  de Cofradías, que todos a una somos insuperables, tal vez invencibles... y  de esta forma, el colectivo con más músculo de la ciudad.

Obispo, y presidente: van a por nosotros, y ahora más que nunca necesitamos que dirijan este barco sin miedos, sin complejos, y con mano firme. Ahí nos tendrán a todos.

Y que nuestros Sagrados Titulares les protejan y les iluminen.
Que así sea.

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