''Hoy es Miércoles Santo'', por Enrique Víctor de Mora

Ecuador que divide en dos la Semana Santa. Cuchillo de sentimientos donde la percepción de lo efímero hace mella. Las horas volarán, darán su zancada poderosa, como el Soberano Poder desde La Granja. Mercedes quedará aguardando al Señor, su Hijo. Del Pelirón la Cruz de Cristo será nuestro Amparo en el doliente hombro del Nazareno, y el Consuelo de María sonará a marchas clásicas por avenidas y callejuelas.

De intramuros volverá Santa Marta a retratar el Traslado de todo Un Dios a su Sepulcro, mientras la luz se filtrará entre las mallas del palio del Patrocinio en la tarde tempranera. Un poco más allá, aun intramuros, el Santo Cordero caerá por tercera vez mirando al pueblo, Y en una Cruz bendita, la Salud de un Crucificado irá poniendo silencios en las bocas y señales de la Cruz en los pechos. La Virgen de los Dolores buscará saetas perdidas y dolientes penitencias bajo sus trabajaderas, en esa puerta imposible que siempre desafía las leyes de la física.

Desde la Calle Medina, la sangre del Justo se irá derramando por una canastilla vieja y nueva a la vez, memoria viva de los años que se fueron y hoy relucen de nuevo en su restauración. El Cristo de la Flagelación es una interpelación a nuestras conciencias. Y la Amargura de una Madre, volverá a dibujar acuarelas de avemarías azules y blancas.

Las manos del Prendimiento nos dirán desde Santiago que para alcanzar la eternidad tenemos un buen ejemplo en esas dos benditas alondras cruzadas. Y Desamparo, con contoneo de zambra doliente, buscará quejíos y martinetes en las gargantas de canela y clavo, cuando ya la noche y la luna nos hablen de amor fraterno y Eucaristía.

Publicidad

Publicidad