''Inexplicable'' por Álvaro Ojeda

Desde hace tiempo, me he transformado en una especie de 'observer' local de las redes donde leo, analizo y callo. Nada de escirbir. Ver, oír y callar...

A estas alturas de mi insginificante vida (pero es la mía y me encanta), puedo decir que mi aportación ha sido escasa, aunque en este viaje que va llegando a su ecuador (si se cumple la media de edad en la que marcharse), mis alforjas llegan repletas de experiencias de vida goleadas por el destino.

Y leo  tantas y tantas cosas… que sigo sin entender nada.

Tengo conocidos-amigos, que pese al paso de los años, siguen pese a mi cartel, regalándome una sonrisa, un 'que tal estás' y una charla limpia sobre ese tema que tanto nos gusta. Ellos, deberían saber, que todo eso es así gracias a que sus padres hicieron lo mismo cuando solo eran unos niños. Padres, que ahora están apartados de sus vidas por motivos de puertas adentro... pero con reposteros a la calle.

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De nada vale, revestirse de una túnica o tirar de curriculum bajo un palo, para enarbolar la bandera del perdón y la amistad, si no eres capaz de aplicarselo a quien te dió la vida. Jamás, nuestros padres tendrán a unos hijos perferctos. Ni esos hijos tendrán al padre ideal, ya que ni tan siquiera las cofradias de diseño salen como uno quisiera.

Es inexplicable, que hombres y mujeres de fe, priven a quienes les dieron la vida (por muy mal  que lo hicieran), de vivir momentos que solo podrán vivirse una vez… o en su defecto en fotos o videos. Lo irrepetible, no se repite.

¿Que por qué escribo esto? ¡Porque no entiendo nada! Yo daría todo lo que tengo por pelearme con mi madre y perdonarla mil veces. Y no puedo...

Y los hijos de Esteban Magan, y la hija de 'Nono' Merino, y las de Paco Bazán, y las hijas de 'Litri', y las hijas y el hijo de Alberto Borrego, darían la vida por saber cada detalle de como eran los que ya les faltan...

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¿Qué estamos haciendo? ..no entiendo nada.

Mientras tanto, la realidad de la vida cofrade discurre por una realidad paralela, donde los filtros del instagram se utilizan en nuestras apariencias para ocultar todo lo que nos apartaría de nuestro objetivo. Nadie somos ejemplo de nada, absolutamente nadie. Y nos lo creemos, por momentos, pero así es...

Si fuera solo una realidad virtual, un personaje creado para ganarse la vida… tendría una mínima defensa... pero es real. Muy real.

Porque mientras pasan todas estas cosas, en el escaparate más grande del mundo, además de gratis, el de Mark Zuckerberg, sigue habiendo gente contrariada por no dar un pregón, no sacar un paso, no llevar a sus compadres tocando detrás, pregoneros que llaman mal nacidos o desean lo peor a la gente, o capataces que no le van a la zaga…

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...y lo peor de todo, es que es la vida real, con personas reales y acciones reales. Somos nosotros, los que todavia quedamos aquí, dándonos golpes en el pecho hasta que un día venga la de negro y nos corte el puño… y ahí, ya será demasiado tarde, y no te quedará tiempo ni de utilizarlo rezando ese trozo del credo que dice "por mi culpa por mi culpa...."

Inexplicable.

Realmente inexplicable…