La carrera estelar de monseñor Mazuelos destino a Málaga

Interesante sin duda, lo que en este artículo firman los compañeros de Infovaticana hace un par de días:

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El corresponsal de la Comunidad de Lanceros en la Conferencia Episcopal Española ha venido cargado de noticias que ha puesto encima de la mesa de nuestra redacción.

Una de ellas ha sido el destacadísimo papel que el obispo José Mazuelos ha tenido en esta Asamblea Plenaria. El obispo de Canarias se configura como uno de los líderes del episcopado español del futuro. No hay que descartar que se postule incluso para el cargo de Presidente de la Conferencia Episcopal Española, algo que sería del agrado del Papa Francisco, ya recuperado por obra y gracia de Dios. Francisco ha descubierto la madera de líder de monseñor Mazuelos con su gran trabajo en la acogida de inmigrantes en Canarias, la diócesis a la que fue enviado como premio por los servicios al cardenal Juan José Omella.

El paso previo a la coronación de monseñor José Mazuelos, Pepe para los amigos, en la Asamblea Plenaria es hacerle obispo de Málaga, nombramiento que nuestro corresponsal en Roma confirma como inminente. Poco falta para que monseñor Mazuelo abandone la isla y los aviones que tanto le desagradan y se instale en Málaga, una ciudad que le viene como anillo al dedo. Desde Málaga a Roma, que no hace mucho se oyó decir que nuestro amado y recuperado Papa quiere nombrar cardenal al obispo de Canarias. Sí, cardenal de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. España podría ser agraciada en el próximo consistorio de creación de cardenales del Papa Francisco con dos Capelos que pasarán a la historia. El Capelo a monseñor Satué, que miren ustedes todos los servicios que le está haciendo al Papa, y el Capelo a monseñor José Mazuelos. 

Habrá que esperar a que se produzca el nombramiento de Mazuelos para Málaga, dónde por cierto se le acabarán los problemas económicos. Más adelante llegará la sorpresa del Capelo que puede llevar a la presidencia de la Conferencia Episcopal. Para que vean que la Iglesia española tiene un gran futuro que no pasa solo por el arzobispo de Madrid, José Cobo. 

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