La crónica: Un sueño defendido a golpes de corazón

Cada Pregón de la Semana Santa es distinto. Eso es algo obvio. Algunos pueden parecerse entre ellos, pero poco más. A partir de ahí, cada uno es independiente en sentimientos y en emociones, y así además debe de ser, para gloria y honor de Nuestra Semana Santa. Así que, si hay que intentar buscar en algún rincón, algún parecido entre el Pregón que este Domingo de Pasión de 2017 nos regaló José Blas Moreno (decimoprimer Pregonero de la Hermandad de la Amargura), con lo ya visto en Villamarta con anterioridad, habremos de remontarnos, sin duda, a lo que se solía vivir cuando en Jerez había tan solo treinta hermandades. ¿Se acuerdan? Por aquel entonces, el canto mayor a la Semana Santa recorría las cofradías, de una en una, hasta llegar a completar la nómina completa, y eso es precisamente lo que hizo José Blas Moreno: recorrer las cofradías de la ciudad, de una en una, al estilo de como solía hacerse en el pasado.

Un Pregón, por tanto, de corte clásico, pero eso sí, lleno de raza y orgullo, defendido a capa y espada a golpe de corazón. Y es que, José Blas Moreno, nuestro Pregonero de 2017, siempre tuvo un sueño cofrade en esta vida: ocupar el atril del Villamarta. Así que, con este sueño hecho posible gracias al Consejo presidido por Dionisio Díaz, lo que tocaba era desnudar el alma hasta dejarla absolutamente expuesta a lo que fuera, y lo que fue, tras una magnífica presentación de Juan Carlos 'Chico' Moreno, su hermano, resultó de una emotividad tal, que no hubo rincón del teatro donde no circulasen los cleanex.

Porque Carmen, la madre ausente del Pregonero, fue protagonista de todas las páginas, y porque José Blas, sabiendo manejar perfectamente su vís comunicadora, se encargó de ir sorteando los necesarios quiebros de su obra, todo ello, claro está, tras las oportunas marchas de la Banda Municipal de Música al comienzo del acto, 'Amargura' de Beigbeder, 'Corpus Christi', y 'Amarguras' de Font de Anta. A partir de ahí, y como pasa en estos casos, cada cuál se quedará con algún fragmento especial. Para gustos, los colores, y eso es lo habitual. Pero en este sentido, hay que señalar oportunamente, tres tipos distintos de elementos en lo que pudimos oír: de una parte, el canto a la Semana Santa de Jerez, detenido entre hermandad y hermandad, devoción y devoción, en determinadas cofradías a las que José Blas dedicó fragmentos especiales, como a la Estrella, el Prendimiento, las Angustias, el Cristo, etc..; de otra, el contínuo salpicado de elementos llenos de humor, con los que el Pregón fue haciéndose más y más del público, y menos del Pregonero.. algo en lo que José Blas es un número uno, y si no, que le pregunten a Silvia Toro, de la que hizo una descripción genial de su habitual presencia en los ensayos de costaleros, o a quienes algún día fuimos alumnos en La Salle, del genial artista jerezano, José Ramón Fernández Lira; y por último, el auténtico rosario de momentos reivindicativos que pudimos escuchar, con fragmentos dedicados a la mujer cofrade, a los ladrones de los enseres de la Cena, a los que nos faltan al respeto, a la importancia de los grupos jóvenes, o a una hermana mayor, Eva castañeda, a la que dedicó unas palabras preciosas, en el deseo de que supere pronto el achuchón que la mantiene alejada de todo lo nuestro.

Así fue recorriendo el Pregón las dos horas que nos tuvo amarrados al teatro, para cerrar todo lo expuesto, con dos retazos, uno dedicado al Santo Crucifijo de la Salud, y otro, a su Hermandad de la Amargura, absolutamente cargados de entrega y emoción.. y eso es algo que el público siempre devuelve con el mismo pago, mientras el Pregonero, absolutamente roto, se fundía en un abrazo con su hermano y presentador, de esos que no se olvidan nunca. Y ya está. Así acabó el Pregón de la Semana Santa de Jerez 2017, mientras al salir, y también en las horas posteriores, todo el mundo preguntaba.. '¿te ha gustado?'. ¡Pues claro, hombre! ¿No va a gustar? Ha sido nuestro Pregón. El de todos. Así que a disfrutarlo, que sólo quedan cuatro días para ver capirotes por nuestras calles.

Ah, y por cierto, una pregunta para la reflexión de los que entienden. Estando el Simpecado del Santo Crucifijo sobre el escenario.. ¿no hubiera sido correcto que estuviese flanqueado por flores frescas y dos faroles encendidos? Ahí lo dejo.

¡Enhorabuena José Blas! Cumpliste tu sueño de siempre, y ya eres, y siempre serás, Pregonero de tu Semana Santa.