La 'redesocialización' de la información cofrade

Hagan ustedes la prueba. Es muy sencillo. Inventen un bulo. El que quieran. Y échenlo al fuego de las redes sociales, con un poquito de estrategia. Por ejemplo, pasándolo por wasap a un teléfono al que se tenga acceso, ya sea el de una pareja, o el de un cómplice del citado bulo.

A partir de ahí, reenvíese usted mismo este auto mensaje, y mándeselo a cualquier amistad activa en redes, con el siguiente escrito: "Mira lo que me acaba de llegar". Mano de santo. Y si acompaña todo esto con un segundo mensaje... "No se lo digas a nadie", la cosa toma ya un carácter épico.

Ya verán como antes de dos horas o incluso mucho menos, usted recibe su propio mensaje, y su propio bulo, y a partir de ese momento, la noticia ya es oficial. Cese del vestidor, contratación de una banda, pelea de hermanos mayores, reivindicación de lo que se quiera en nombre de la entidad que se elija... y logro conseguido. Bulo esparcido, y a reírse del mundo.

¿No se lo creen? Hagan la prueba... o si lo prefieren esperen a que todo esto salga publicado en cualquier medio de comunicación medio serio, porque es lo que está ocurriendo actualmente. Que hay quien se inventa algo, lo que sea, fruto de su carácter alegre o de llevar encima un balconazo considerable, y le da coba hasta al lucero del alba hasta ver su invento dando volteretas por todas partes, con la anuencia -por supuesto- de quien se cree que va a dar la exclusiva de su vida.

¿Que sí? ¿Que no?

En fin. Jerez. La vida misma...

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