'Los rufianes de las cofradías' por Álvaro Ojeda

El otro día, asistí a una mesa redonda con mi compañero David Montes, en la que se debatía sobre las redes sociales en el mundo cofradiero de la ciudad. Un servidor, que ha acudido a mas de un máster en Madrid impartido por los principales ponentes de España en la materia, observó con asombro que salvo Manuel Sotelino, ninguno de los ponentes tenía perfiles en redes sociales, cuando lo primero que se hace en estos casos, es invitar a señores doctos en la materia, y con millones de 'followers' en sus diferentes plataformas sociales. Qué menos que los allí presentes, tuvieran por lo menos como seguidores, al vecino del primero primero  o al frutero de la barriada.

Visto esto, empezábamos mal. ¿De que me hablarían estos señores? Técnicamente, aquello no tendría recorrido ninguno, y ya imaginaba lo que me vendría encima. Aquella mesa redonda, era lo mas parecido al tenderete de las escopetas de la feria, que dispara a los globitos de colores. En vez de escopetas, bocas, y en vez de perdigones de plomillo, veneno y espumarajos. Vamos,  censura al más puro estilo bolivariano.

Ya lo dijo un ponente en la propia mesa: "Antes, en las hermandades, cuando se decían tonterías, se le callaba la boca y se le expulsaba del cabildo de la hermandad". Claro coño, y antes, a los que pensaban diferente se les metía un tiro contra la pared. ¡Así, España estaría todavía en el 36! Esa frase, dejó en carnes vivas el verdadero pozo de aquella charla. Y así fue, matar al mensajero, a las redes y a quienes son discordantes con el poder establecido en ellas. Que poder no tienen ninguno, pero bueno... están ahí.
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Publicidad Hablaron de animar a los cofrades a denunciar en comisaría los perfiles falsos que hacen 'memes'. Y yo me dije una cosa: ¿creen  que la gente está tan aburrida como ustedes, queridos infantes?

Y hablaron del Bizco de Melgarejo, insinuando conocer su identidad real y bla bla blá. Algo así como mi sobrino, que aunque es imposible conocer a Bob Esponja, él está empeñado en demostramos a todos que es real, y que vive en el fondo del mar. Sin duda, unos niños en el poder. Peligroso.
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Publicidad Sobre esto último, las cuentas falsas, se debatió bastante, llegando incluso al nivel de decirse que "eso no se puede permitir, y que hay que dar la cara." Bien, a cada uno le parecerá bien o no ese método. De toda la vida hubo cobardes y valientes; yo decidí poner siempre mi nombre y vivo de ello, pero... ¿no permitirlas?

Miren ustedes, queridos niños, a los seudónimos los ampara la ley, y cualquier ciudadano puede "protegerse" en el anonimato, como le ha pasado a la jueza que lleva parte de la causa del 'proces' catalán, y que ha actuado como 'Lady Crocs' en twitter, hasta que la escoria de Rufián la ha conseguido destapar y señalar para ser coaccionada. Queridos niños, lo que darían ustedes por tener el poder de Rufián.

¿Saben que les digo? Que no van por mal camino, ni en condición ni en intenciones; ya empezaron en verano abrazándose al poder y a la extrema izquierda, para esconder a las cofradías; ya quisieron dar un golpe de estado cofrade con una votación extraña, y ya tuvieron que aplicarle el '155' desde Bertemati hasta dentro de un año, para comprender que esto no es su chiringuito.

Rufianes; eso son ustedes. Unos auténticos rufianes. Uno, sigue viviendo de lo público sin haber aprobado unas oposiciones en su vida, y los otros tampoco le harían ascos a ese modo de vida. ¿Me explico?.

Rufianes... eso son ustedes, que al igual que al político de Ezquerra Republicana, saben que como las eleciones no les vengan bien, se les terminó el juego. Al uno... y al otro.