''Lunes Santo: La gente'' por Andrés Pérez Montilla

Si algo quedó meridianamente claro en la jornada de ayer es que todo tiene sentido gracias a la gente. La misma que fue a misa con sus mejores galas, la que compartió un poco de olivo con los que llegaron tarde a la iglesia, la que cedió su asiento a quien lo necesitó debido a los aforos, la que engalanó los balcones con esmero a pesar de que no hubo cofradías, la que dio un respiro a nuestros hosteleros, la que se echó a la calle en busca de contenido cofradiero, la que dio vida al centro en un día absolutamente espléndido, la que esperó pacientemente en la puerta de los templos para venerar a las imágenes, la que dejó una oración a las plantas del Señor y de la Virgen, la que trabajó para ofrecernos contenido televisivo y radiofónico, la que regaló generosamente su oración flamenca y en definitiva, a toda la gente del Domingo de Ramos por hacer posible que el Domingo de Ramos pareciese un Domingo de Ramos. Gracias, de corazón.

Publicidad

Pero no es menos cierto, que el día también deparó algunas preguntas como por qué si el toque de queda es a las 23:00 algunos se empeñan en cerrar el chiringuito a las 20:00, o por qué había algunos templos cerrados antes de tiempo, o dónde estaba la policía ayer organizando un poco las colas, o si lo ideal es poner un horario ininterrumpido para evitar aglomeraciones, especialmente el Jueves y Viernes Santo, donde hay triduo pascual, horas santas e intensa actividad cultual. Reflexiones aparte, el Domingo de Ramos ya es historia.

Publicidad

Y sin solución de continuidad, ya estamos inmersos en la celebración del Lunes Santo. Toca marchar a los barrios para arropar a la gente de la Sed, de la Paz de Fátima, la Cena, la Candelaria, Amor y Sacrificio y la Viga; de disfrutar de un día en hermandad, reencontrarse con los hermanos y compartir alegrías y vivencias.

Este Lunes Santo, va para todos vosotros.

Publicidad

Publicidad