Luto por el amigo y cofrade del Perdón, Agustín Pérez

Se llamaba Agustín Pérez Orellana, y era camarero, y cofrade del Perdón. Pero no un camarero más, como tantos que existen trabajando en nuestra ciudad, dignificando y engrandeciendo el oficio hostelero. No. Este además era amigo, con el que en los ratos de poca gente, comenzaba una charla de cofradías, que podía durar horas, entre idas y venidas a la terraza a seguir atendiendo las mesas.

¡Imposible olvidar aquellas noches de 'Taberna Marinera', cuando la Cuaresma nos regalaba azahares eternos junto a las fachadas palaciegas de la plaza Rafael Rivero! ¡Imposible no sonreir al recordar aquellos años de juventud y de buenos ambientes, en los que las charlas 'semanasanteras' eran una prolongación de la jornada laboral...! Pero todo acabó. Jerez cambió sus rumbos, las vidas dispararon sus idas y venidas, y las canas fueron abriéndose paso entre los recuerdos.

Hace tiempo me comentaron que Agustín estaba malo. El 'bicho' había puesto sus ojos en él, y la pelea era el pan nuestro de cada día en su devenir. Varias veces me lo encontré en los últimos meses, y siempre me decía lo mismo: "Ahí vamos..."

Ahora, rendido su esfuerzo, se nos ha ido, haciéndonos con su marcha, un poco más mayores. Se fue este Martes de Feria, provocando entre otras cosas, un enorme dolor en su Hermandad del Perdón, la misma que este miércoles, a las cuatro y media, abrirá las puertas de la Ermita de Guía para darle a Agustín su último adiós. El mismo que todos le damos.

Querido amigo. Descansa en Paz.