"Más gente con la banda que con el Cristo de la Viga"

Vayan por delante todas las felicitaciones posibles y nuestros mejores deseos para 2025... y dicho esto, explicamos la frase que da pie a este artículo.

Fue lo que comentaba no sin cierta dosis de resignación un buen amigo sacerdote a la llegada este domingo a San Dionisio, para participar en la procesión de apertura del Jubileo 2025 en la Diócesis de Asidonia.

Se quejaba este hombre amargamente, de la triste soledad con la que el Cristo de la Viga había sido trasladado a la Plaza de la Asunción en la víspera de este acontecimiento y lo comparaba con la multitudinaria acogida que la Agrupación sevillana 'Virgen de los Reyes' había tenido en su recorrido de pasacalles navideño por las calles del centro de la ciudad.





- "¿Cómo es posible que vaya más gente con una banda que con el Cristo?"... me preguntaba...

- "¡Ay, amigo! Pero si esa es la piedra filosofal del misterio religioso de Andalucía. ¿Ahora te haces esta pregunta?"

Habría cientos de razones que poder analizar en torno a esta cuestión, o ninguna en particular. Eso depende. Y podríamos comenzar por la más sencilla: lo de la banda se sabía hace mes y medio y lo del Cristo de la Viga hay gente que todavía no se ha enterado que ha salido a la calle este fin de semana. ¿Responsables de esto? Pues los responsables de comunicación tanto de la hermandad como del Obispado. ¿Qué nota de prensa se hizo al respecto? ¿Qué aviso se cursó al mundo cofrade o al mundo religioso en general para avisar que el crucificado saldría por la noche el día 27 de diciembre con destino al templo patronal?

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Más. La sensibilidad de los organizadores. Mientras que desde la Delegación de Cultura del Ayuntamiento se apostó por un 'pelotazo' para llenar las calles en estos días de Navidad y no se ahorraron esfuerzos en pos de este fin, desde la organización de la apertura del Año Jubilar (es decir, el Obispado) se optó por lo sencillo, esto es, por llevar a San Dionisio al ilustre y cercano vecino de la seo jerezana, en vez de optar por otra imagen con mucho más tirón devocional -y en este sentido no podemos quejarnos en Jerez-. ¿Se imaginan que hubiera ido el Cristo de la Expiración? ¿A que habría acudido mucha más gente?

Seguimos. La sensación de provisionalidad del traslado, en clara contraposición con la experta preparación del pasacalles. Con los músicos, todo estaba en su sitio. Con el Señor, ni los portadores de la imagen presentaban el aspecto de uniformidad que se debe pedir en estos casos. Lamentable.

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Y así podríamos seguir buscando respuestas, cuando lo más sensato es acudir a la fuente una vez más. La fuente que nos dice que es una lástima que las cofradías y la Iglesia hablen lenguajes tan distintos y tan distantes, con la fuerza imparable que podríamos tener si todos caminásemos de la mano, cosa que obviamente no ocurre.

Porque lo sucedido con la imagen del Cristo de la Viga no es sino un ejemplo tan sólo de lo que el personal 'pasa' de todo esto, ya que otros ejemplos podríamos buscarlos en el diseño del acto que se vivió este domingo, en la improvisación en San Dionisio, en la falta de espacio en la Catedral, o en el mensje absolutamente chistoso que se envió a las hermandades de la diócesis, con un croquis digno del mejor programa humorístico que estos días nos cuelen por televisión, o en cómo al grito de 'mariquita el último', algunos se marchaban de la ceremonia por la gatera cuando ésta no había hecho más que empezar.

Para formar parte de un colectivo hay que querer ser de ese colectivo y sentirse querido siendo parte del mismo. Y eso no ocurre. 

¿Por qué?  

Pues para buscar esa respuesta... como dice el dicho... doctores tiene la Iglesia.

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