''Mi Cristo desarraigado'' por Andrés Cañadas

Aludo, con permiso de mi amigo Manolo Sotelino, al titular que hoy publica en las páginas de Diario de Jerez, alusivas a las palabras de nuestro obispo, monseñor Mazuelos, sobre el arraigo que las imágenes de las nuevas cofradías deben tener en los barrios donde radican las parroquias en las que nacieron hace pocos años. Y no, no seré yo -faltaría más- quien le quiera enmendar la plana al prelado. Pero sí me gustaría indicar, al hilo de la negativa a que esta cofradía pueda llegar a Carrera Oficial en 2018 -algo en lo que puedo llegar a estar hasta de acuerdo por otra serie de razones- que en el caso concreto del crucificado de Puertas del Sur, no es esta una imagen que no cuente con el cariño masivo de buena parte de los vecinos que habitan aquella zona de Jerez.

Una zona en la que viven -no lo olvide nadie- muchos confesantes de otras religiones y creencias, y en la que sin embargo, la presencia del imponente Cristo llegado desde Huelva, tras su breve paso por la parroquia de San Miguel, impregna todos y cada uno de los rincones del barrio. Cristo grande, poderoso y mágico, de mirada limpia y sin dudas, acogedor de las almas tristes, y protector en las horas amargas.

Un Dios emblema, como suele suceder en casi todas las cofradías que nacen de los barrios, que ante sus pies congrega a una hermandad joven y valiente, una corporación responsable -entre otras cosas- de que exista un templo donde antes nadie soñó con que lo hubiera, cofradía que lejos de encerrarse en sí misma, ha exportado allende las fronteras de su propia juventud, la presencia y la hechura poderosa de su 'arraigado ' Cristo.

Porque sí, queridos amigos. Querido don José. El Cristo de la Sed no es un Cristo cualquiera, encerrado entre puertas llenas de cerrojos. No. El Cristo de la Sed es vida, y pueblo, y niños, y misa, y costaleros, y música, y cataquesis, y hasta colegio... y si no, pregunten por el Beaterio, donde casi la mitad de los alumnos tienen alguna vinculación con la cofradía. Por eso, habrá razones pastorales, de logística, estéticas, y hasta organizativas... Bien, Pero que no me diga nadie que es éste un Cristo que no se encuentra arraigado entre los suyos, porque eso, ni es verdad ahora, ni lo es desde que fue presentado aquel 20 de agosto de 2010, en Rociana del Condado.