Noche secreta de fe y devoción en Espera

La inventiva y la pasión devocional, en pinceladas de mezclas perfectas, están provocando que la gente de cofradías se ponga las pilas, así como todos aquellos que siguen echando de menos una respuesta de la administración pública para todo lo que tiene que ver con el culto, motor y alimento de las almas, que parece que para muchos, han dejado de existir desde que tenemos coronavirus.

Así, si hace unos días nos fuimos a Trebujena a conocer cómo había llegado la Virgen de Palomares junto a los suyos, ahora sabemos que en la localidad gaditana de Espera, la pasada madrugada fue muy especial, porque regresó al pueblo la muy venerada imagen del Cristo de la Antigua, su Patrón.

Una imagen a la que se tretendió trasladar en furgoneta, de cara a su fecha de comienzos de septiembre. Pero el pueblo se negó. Así que para la bajada anual a la localidad, ocho portadores lo trasladaron este pasado martes por la noche, por el camino más corto aunque más empinado, lo que obligó incluso al paso por la puerta del Cementerio Municipal. ¿Casualidad? Seguro que no.

El traslado se llevó a efecto desde la Ermita del Castillo de Fatetar, hasta la parroquia de Santa María de Gracia, camino de rampas y pendientes que se cubrió a oscuras, con el único acompañamiento de los  portadores de la imagen, uno de ellos, el propio párroco del pueblo, quien ahora presidirá los cultos que cada año se realizan tras el primer domingo del mes de la vendimia.

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