''Otra vez sin Ti...'' por Andrés Cañadas

Surqué la Corredera en silencio, pensando en Ti. Igual que no hice el pasado cinco de abril. El sol aún se atrevía sólo a teñir de celestón lo que pocos minutos antes había sido negro y sin luna, y los pájaros despertaban la mañana en sinfonía de trinos, mientras algunas aceras -sólo algunas- marcaban compás de zapatos apresurados.

Tocaba volver a verte. Esta vez, como cierre a los cultos de septiembre. La misma sensación de la pasada primavera. Ahora en la calle. Entonces en casa. Pero la misma sensación. Impotencia. Resignación. Hastío.. e indolencia común. La que todos los cofrades compartimos desde hace meses. Hay permiso para casi todo, menos para lo que no se pide. Y lo que no se pide, no se concede. Toros, fútbol, flamenco, conciertos... pero no procesiones.

Así que ha sido de nuevo... sin Ti. Contigo, pero sin Ti.  

Contigo el rezo del Santo Rosario. Contigo tu capilla llena. Contigo los saludos 'mascarilleros' a los conocidos de siempre. Contigo las ausencias de quienes han faltado. Contigo los padrenuestros y avemarías. Contigo el fresquito entrando por la puerta... ese mismo que tendría que haber sido tu escolta, y contigo esa extraña sensación de vacío... la misma sensación de la última Semana Santa.

Sólo nos quedó pedirte salud. Que no caigamos víctima del 'bicho'. Que los niños salgan sanos del colegio. Que sus madres puedan dormir tranquilas cada noche. Que el trabajo no siga faltando. Que la vida recupere las sonrisas de siempre... y que no volvamos a venir a verte esperando confinamiento de rezos y llamadores...

Que no nos toque otra vez cruzar la Corredera con la sensación de este septiembre, y al acabarse el próximo marzo, podamos ir a buscarte revestidos de túnica negra.  

Y si tu quieres, Señora,
que podamos regresar
a tu senda iluminar,
cuando toque nuestra hora.

Que la luna soñadora,
cual obediente escudero,
vaya marcando el sendero
que tu domingo arrodilla...

...y como siempre, sencilla, 
salgas del Humilladero.

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