Radio y TV: Aquí tenéis el Pregón del Rocío ofrecido por Isaac Camacho en la Real Bodega de la Concha

Hay tantos tipos de pregones, como pregoneros existen. Eso es así. Existen modelos a seguir, claro, pero al final, el que torea es el que se pone delante del toro, así que lo más sensato es hacer lo que cada uno entiende que debe, una fórmula que suele darle al fin y al cabo, resultado, a casi todo el mundo.

Y eso es precisamente lo que ocurre cada primavera en Jerez, con el Pregón que en González Byass, organiza la Hermandad del Rocío. Una cita que este año contaba en el atril, con nuestro buen amigo Isaac Camacho. Bueno. La verdad es que cada año suele subir a ese escenario algún buen amigo. El Rocío es así. Y el amigo de este año, se había encargado de anunciar tanto que su oratoria sería solo emotiva, que cuando nos regaló su canto al Rocío, todos nos quedamos sorprendidos por lo mucho y bueno que nos ofreció. 

Mucho, porque el Pregón, tras la breve y hermosa presentación de Rocío Mateos, fue largo. De más de hora y media. Y bueno, porque Isaac, con su estilo tranquilo -esencia Camacho- y reposado, fue capaz de hacernos reír y llorar a partes iguales, y eso es algo que solo está al alcance de unos pocos. Él fue uno de ellos. Además, no buscó el pellizco fácil, ni mucho menos. Todo lo contrario. Abrió plaza acordándose de don Antonio Camacho, su padre, y a base de casta fue capaz de terminar un poema inicial al que no le hizo falta estar sobrado de métrica para colarse por todos nuestros poros. Primer nudo en la garganta, igual de gordo que el que luego llegó a la hora de acordarse de Antón Mateos. Si el Rocío tiene verdad, es por cosas así. Por recuerdos así. Por amistades así. "Te voy a echar de menos este año". Punto. Así podríamos acabar esta crónica.

Pero no. Hay que seguir, para alabar la enorme vis cómica que Isaac nos enseñó también en muchos fragmentos del Pregón. Por ejemplo, cuando habló del primer camino de su padre como hermano mayor, como cabeza de familia además, de un grupo sin idea alguna de cómo ir al Rocío, -genial- o la descripción de la borrachera de Marismillas. No se puede definir con más arte una 'papa' de las buenas, de esas graciosas que de vez en cuando se ven en el coto. Magnífico.

Junto a todo esto, ustedes se preguntarán, ¿y sobre la Virgen, que dijo Camacho? Pues sencillamente todo. Sobre la Virgen giró todo el Pregón. Sobre la Virgen, sobre el perdón, sobre la Eucaristía, sobre la hermandad entre los hombres, y sobre la paz del mundo. El Rocío tuvo en Jerez un hermano mayor criado a la sombra del Sagrario, y eso se notó durante todo el Pregón de este antiguo hermano mayor. Epicentro de esto, la Misa del Cerro de los Ansares, y cómo no, la preciosa descripción de Pentecostés que hizo Camacho. Y luego, la vuelta a Jerez, en un esquema pregonero de los clásicos, todo ello arropado por la música que un año más no faltó en La Concha, gracias a las desinteresadas voces que acompañaron a Isaac, de la mano de un Joaquin Vallejo, organizador de todo esto, al que la Hermandad del Rocío de Jerez nunca tendrá años suficientes para agradecerle tanto y tanto.

Nada más. Podríamos escribir mucho más, pero sinceramente, creemos que es preferible que ustedes vuelvan a ver el Pregón repetido, o vuelvan a escucharlo. Como prefieran. Lo único que nos resta es desear que estas tres semanas pasen pronto, y por supuesto, dar la enhorabuena a Isaac Camacho, un magnífico Pregonero. Sí señor.