''Sábado Santo, sepulcro de la razón'' por Andrés Pérez

Silencio impuesto, ilusiones amordazadas, el corazón en Sevilla y la mente en Jerez; las preguntas sin respuestas, la nostalgia como compañera de fatigas, el absurdo… y cómo último cierre a toda esta amalgama de sensaciones: Cristo en el sepulcro y la soledad de María.

Porque es un día alitúrgico en el que la iglesia guarda silencio esperando junto a María, aunque una estación de penitencia sea un acto piadoso como rezar el rosario o el Via Crucis, que sí se permiten… 

Porque contraviene el espíritu del Concilio Vaticano II aunque no piensen lo mismo en la diócesis de Sevilla o en Setenil. Porque ese gran obstáculo sólo es salvable en Cádiz, cuyo anterior prelado se desdijo de aquel famoso acuerdo de los obispos del sur…

Porque en Sevilla no parece importar que haya fieles revestidos de nazarenos hasta las dos de la mañana del Domingo de Resurrección y aquí eso sería impensable, aunque hayamos asumido como normales misas del gallo a las siete de la tarde, oficios de Jueves Santo a la una y la recogida del Corpus con noche cerrada que, por otro lado, han favorecido la participación de los fieles…

Porque las procesiones interfieren sensiblemente en las actividades de otros grupos de la diócesis, que no viceversa, pero muy especialmente la celebración de la Vigilia Pascual en algunas parroquias. Pero ojo al dato, la Sagrada Mortaja reside en un convento y la Piedad en una capilla; además de que entre las dos no suman ni doscientos nazarenos…

Porque ahora procesiones sí, pero en la amanecida de un día laborable y con toque de queda a las tres, sin tener en cuenta un hecho crucial: el Santo Entierro tiene su sede en las faldas del Área Sur…

Por la logística de nuestra Catedral, en cuyo caso el tránsito de dos cofradías como las antes mencionadas, dificulta la preparación de la Vigilia Pascual que tiene lugar a las diez de la noche, mientras que en Sevilla eso no ocurre porque el primer templo hispalense cuenta con espacio suficiente para organizar su celebración de las once, aunque pasen cinco hermandades en la jornada, la última sobre las nueve y media. ¿Alguien me explica cómo lo hacían aquí antes del famoso decreto de 1984?...

¿De verdad que es tan inviable un Sábado Santo con dos o tres cofradías de negro?

Si tan complicado es ir a la catedral en esta jornada ¿no podríamos trasladar el formato del Sábado de Pasión, extender el permiso concedido a la Piedad o el Santo Sábado? ¿Tan difícil es que la gente pueda cerrar la Semana Santa reflexionando el misterio más importante de nuestra existencia, del que todos tenemos experiencia humana, a la luz del evangelio? ¿Tan imposible es cerrar la jornada a una hora razonable, para marchar luego a las vigilias? ¿no están suficientemente vacías las calles como para seguir negando la evidencia que supuso la celebración de la Magna?

Sábado Santo de preguntas, silencio, y calles vacías, pero este año es lo de menos…

Publicidad

Publicidad