''Sí; lo escribí'' por Álvaro Ojeda

Han pasado muchos meses, y ya era hora de contarlo por mí y por ti.
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Publicidad Aquella tarde calurosa de verano del mes de agosto, a eso de las tres de la tarde, recibí un mensaje  de mi amigo y compañero Jaime Sáchez que decía “mira lo que ha puesto el presidente en su facebook”. Mis ojos no daban credito. El corazón y mi cabeza entraron en una batalla campal, que me dejó sin ganas de comer aún sin llegar la comida a la mesa.
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Publicidad No recuerdo el tiempo que pasó desde que respondí a Jaime y lo hablé con mis compañeros de programa, que tambien lo habían visto, pero fue el tiempo justo para que aquello se hiciera viral y le dijeran “borra eso ya”…cuando alguien de mi grupo me dijo, "ya lo ha borrado."

Yo he sido hombre de 'cagadas' en internet, y sé como reaciona alguien sin experiencia, y que comete errores de bulto en las redes. Borra, cambia fotos de perfil, y niega.

Llegué a tiempo; pude capturar sus fotos del perfil público de su facebook, ya que durante la tarde, efectivamente, el presidente cambió todo, y también las capturé. Aún las conservo. Nadie entendió ese movimiento; yo sí, y es que todo aquello que vieron los que lo tenían agregado como amigo, no había sido ningún espejismo. Era tan evidente aquella bajeza humana, que decidí calmarme, y preguntar qué debía hacer. Acto reflejo complicado de ver en un persona tan impulsiva como yo, pero que dejaba claro que aquello debía tratarlo con tacto.

Durante la tarde, hubo gente que me llamó; desde hermanos mayores a costaleros, pasando por capataces y cofrades de a pie. Muchos de ellos lo llamaron para preguntarle por aquello; el presidente lo negó en rotundo, como Pedro a Jesucristo.

Mi hermano mayor, Paco Zurita, fue uno de los que se puso a mi disposición desde el primer momento para darme su apoyo en todo momento, pero como bien me dijo: “Álvaro, el presidente me ha dicho que no ha sido él”. En ese momento, sabía que esto sería largo. El presidnete, jugó con la ventaja que le daba su posición y la poca crediblidida que tengo en parte del mundo cofrade de Jerez. La tercera pata del banco de quien mete la pata en redes, había  llegado a la ultima fase: la negación. 

Y así  dos días, hasta que llegó el lunes, cuando me puse en contacto con el Obispado, para que me dijeran el camino a seguir ante aquella barbaridad. Joaquín Perea, que estaba siguiendo el caso desde el primer día, puso a nuestro obispo al tanto, y tras unas horas analizando el asunto, me pidió zanjar aquello, ya que se había ido de las manos y era lo mejor para el mundo de las cofradías.

Antes de la llamada de Joaquín, gente muy cercana al presidente me habló de que los hijos de este lloraron mucho por la exposición de su padre en las ultimas semanas, y los que me conocen, saben que ya por ahí no paso, y que  pese a tener una chapa atornillada encima del corazón, hay cosas que me pueden, y esa fue una de ellas. Con esa información, más alguna otra que me decían de lo mal que lo estaba pasando a nivel personal por todo este asunto, me imaginé a una persona amarrada a una mentira, aguantando un chaparrón que no cesaba, y que en mi mano estaba por lo menos, aliviarle el cincuenta por ciento de lo que estaba pasando.

En esas, como les conté antes, Joaquín me llama y me pide dejar pasar aquello. Acepto, pero le digo a Joaquín que mi mano está tendida para perdonarlo, y de esta forma hacer que el presidente no esté tan mal como me cuentan. Joaquín lo llama; él sigue negándolo todo, y de tanto preguntar y preguntar, el presidente termina por confesar que...  “sí, lo escribí yo…”

El delegado diocesano le pidió lo mismo que a mí; aceptó, y le transmitió mi propuesta, y se negó.

Dos días después de todo esto, y con todo calmado, el presidente acude a Comisaría, y en una testificación  de no más de un folio, denuncia  a la personas con las iniciales D.G, por “suplantación de identidad”. Pasan los meses, y la denuncia nunca llega a esta persona. Le hago un seguimiento a dicho trámite, y finalmente, mis fuentes me confirman que la denuncia queda archivada como bien anuncia el propio presidente en el mes de febrero, en un programa de radio de un blog cofrade.

Así pasó, y así sucedió, y así os lo cuento, y lo hago no por mí, sino por ella, ya que por consanguinidad, tengo la potestad de hacerlo. Y lo he hecho. 

Y ahora presidente, al igual que hace  medio año, aquí tiene mi mano tendida. No sé si la de mi familia, ya que no puedo hablar por ellos, pero sí puedo hablar por mí, y mi intención sigue siendo  perdonarle; me encantaría que personalmente, pero en caso de no aceptar mi ofrecimiento por segunda vez, que sepa que para mí este asunto queda zanjado, y usted perdonado. 

Todos metemos la pata, todos nos equivocamos, pero si en este mundo de hermandad no somos capaces de perdonar al prójimo, no somos abosolumenta nada; no merecemos la pena.

Un saludo a todos, y gracias por llegar hasta el final en la lectura de esta carta.