No creéis en nada. Sólo en el dinero, y en el odio que os invade el corazón. Los únicos papeles que os interesan, son aquellos que tienen marchamo oficial, y no versículos sagrados. Sois odiosos, y cuando habláis, la boca os huele a veneno y a estiércol. Quizás por eso, hay muchos otros que prefieren no decir nada. No hacer nada. Sólo dejar pasar los días, cómplices del hedor.
Pero.. ¿sabéis lo mejor?
Lo mejor es que quizás llevéis hasta razón, en no creer en nada. Al fin y al cabo, así es como os va bien, mientras otros seguimos perdiendo el tiempo en comprar cirios, quemar inciensos, y acudir a misa de ocho...