"Un mes de julio para olvidar" por Andrés Cañadas

O el problema está en Jerez, pero en ese Jerez de verdad -y ciertamente asqueroso-  que debe existir desde siempre debajo de todo nuestro puñetero oropel ‘ojanesco’, o el problema está en quien suscribe, que nunca fue capaz de cogerle del todo el rollo a todo esto. No lo sé. Cada vez lo sé menos.

Lo del mes de julio ha sido un ‘quiero y no puedo’ capaz de dejar abiertas las más profundas heridas. Lamentable. Una vez más.. o una vez menos. Ojalá esto último. Todo parecía ir bien, pero ¡qué va! Era sólo un espejismo lleno de envidias y rencores. Malditos rencores.

Pasó lo que tenía que pasar, o sea, que hubo un perdedor, algo que siempre ocurre cuando se juega un partido. Pero qué sorpresa nos llevamos, cuando descubrimos que el perdedor no era uno. El perdedor eran ¡muchos! ¿Cómo es posible? ¿No era sólo uno el  candidato? ¿O es que acaso había más de uno y más de dos, esperando convertirse en ‘presidentes en la sombra’? Si no, es que no se explican las broncas posteriores, los wasaps posteriores, los Facebooks posteriores, y las amenazas posteriores. ¡Sí, como leen! ¡Amenazas! ¡Muchas, y de muy diversa índole!

Al parecer, y esto es algo que tampoco conocíamos, debe cobrarse muy bien por Curtidores, pues si no, es inexplicable tanta violencia mojonera. O eso, o es que a quien ya se le acaban todos los argumentos para vivir, le queda al menos el consuelo de ser ‘alguien’, en el apasionante mundo del ‘capiroterismo’. Pues no. Tendrán que conformarse con ver la tele.. y yo que me alegro.

Y para terminar la partida, tuvimos que tragarnos a un tonto haciendo el 'lila' en el sagrado presbiterio de Santiago, sin que nadie tuviera cojones de indicarle la puerta de salida, tal y como las santas normas de la Iglesia nos indican a todos los que sí cumplimos con lo establecido. Mucha indirecta posterior y mucho lerele.. y nada más. Lamentable. ¡Muy lamentable.. y para nada gracioso!

Pues no. Así no. Así da asco pertenecer a esto.    

Así sólo nos queda la eterna disyuntiva: O seguimos riendo las gracias -y dando besitos- a los que se creen graciosos, algo que Jerez lleva haciendo toda la vida, o nos arremangamos de una puta vez, y empezamos a repartir las bofetadas que ya van haciendo falta, que al fin y al cabo, un ladrido se combate con otro ladrido más fuerte.

Yo me apunto a esto último, que ya estoy harto de tanto bocazas y de tanto chulo, queriendo hacer de nuestras cofradías, su santo escondite.