“…un obispo que la quisiera.” por Andrés Cañadas

Fue una de esas charlas que de vez en cuando suceden, en la que se cuentan cosas que al final terminan por quedarse clavadas en lo más profundo del alma. Dos personas. No importan cuáles, hablando de sus asuntos de ahora y de sus asuntos de siempre, a las que unía por algún rincón de lo arcano, su común amor a la Esperanza de la Yedra. Y cómo no, los recuerdos volaron obligatoriamente a los tiempos de la Coronación Canónica de la dolorosa, y hacia la pronta marcha del obispo Mazuelos, aquel que confesó en Cofrademanía, que uno de los días más importantes de su vida, fue el día que coronó a la Reina de la Plazuela.

A partir de ahí, un poco de historia sobre las coronaciones canónicas en Jerez, superadas las antiguas de la Virgen del Carmen (1925) y de la Virgen de la Merced (1961), para que el pensamiento viajara hacia aquel Pregón en Villamarta de 2003 en el que el bueno de Miguel Trujillo pedía al obispo Juan del Río que coronara a alguna imagen de nuestra ciudad porque Jerez ya se merecía poder vivir tales fastos, y cómo no, hacia el recuerdo al famoso Decreto de Coronación de la Virgen ‘viñera’ de la Concepción, y al Pregón de servidor con aquella petición sobre la Esperanza, y al Decreto de Coronación de la Virgen del Valle, y al relevo posterior del prelado al frente de nuestra diócesis... cuando pareció que la marcha a Madrid de don Juan iba a suponer un freno en las aspiraciones que se manejaban por la Yedra...

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Y entonces, llegó don José. Y con él, ya saben ustedes cómo terminó la aventura que ya hace muchos años comenzó en la casa de hermandad de la calle Empedrada... con mañana de luces inmensas en la Catedral de Jerez, una mañana de la que el próximo lunes día 14 se cumplirán siete años. ¡Siete años ya!

Es decir… continuó aquella anónima charla con pinceladas de hierbabuena y menta... que puede afirmarse sin errores, que la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza fue una coronación de dos obispos: uno, don Juan, quien asumió todo el caudal de peticiones que por las Puertas del Sol comenzaron a inundarlo todo… a veces incluso de algunas formas llenas de ‘age’ de verdad, y otro, don José, el prelado que tuvo a su cargo la oficialidad del asunto, es decir, quien dio forma al decreto de aquel ya famoso mes de diciembre de 2010, y quien tuvo la suerte final de ceñir de oro a la dolorosa que derrama lágrimas de jazmín y de canela.

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Resumiendo, y así acabó aquella charla de hace algunas semanas, que la Virgen sabía muy bien lo que hacía, porque esperó pacientemente a que llegara a Jerez para coronarla, un obispo que la quisiera. Quien la quiere y la querrá de verdad. El obispo que la propia Esperanza eligió para aquel septiembre inolvidable. Así que, “señoría, no hay más preguntas.”, y para que todo se abroche como debe, este miércoles, a las ocho de la tarde, en Madre de Dios, tendrá lugar una eucaristía, en la que la Hermandad de la Yedra despedirá como tiene que ser a don José, tras una década de estancia entre nosotros. 

Un adiós que no será sino un hasta pronto, porque todos sabemos que cuando Ella se cuela tan dentro…    

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