Una curiosidad provincial: la Procesión de las Piedras

Existe en la provincia de Cádiz un acto de fe por parte de un pueblo, que cada año se convierte en acción de gracias a la Santísima Virgeny ese no es otro que la Procesión de las Piedras de Villaluenga del Rosario. 

Allí se celebra todos los años, en la madrugada del 30 al 31 de agosto más o menos sobre las cuatro de la mañana, un acto único en el que la Santísima Virgen del Rosario sale en procesión, acompañada de todos sus devotos para pedirle protección, algo que se realiza desde el terrible acontecimiento ocurrido en el municipio en el año 1926, cuando se desató sobre la Sierra del Caíllo una tormenta y un rayo provocó la caída de una gran masa de piedra, que allá en la cresta de la montaña apunta al pueblo.

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La mole descomunal, con un impresionante estruendo, se precipitó sobre Villlaluenga, en su parte alta. Cayeron toneladas de piedras que arrasaron árboles, chozas y casas, pero a pesar de los cuantiosos daños materiales, no hubo que lamentar daños personales, ya que ningún vecino sufrió daño físico alguno.

Una vez superado el tremendo susto, el pueblo exclamó rodilla en tierra… ¡milagro! ¡milagro! y volvió sus ojos a su Patrona, la Santísima Virgen del Rosario. Así, el Ayuntamiento se reunió en aquella época y acordó en Pleno el cambio de nombre, de calle Alta a calle Nuestra Señora del Rosario. Además, se juró Solemne Voto por el que todos los años, en la madrugada del 30 al 31 de agosto, se celebra esta procesión con la venerada imagen, con posterior función religiosa en su honor.

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De este modo, hacia las cuatro de la mañana, hora en la que acontecieron los hechos, los vecinos de Villaluenga sacan en procesión en andas a la Santísima Virgen del Rosario, entre rezos y cánticos devocionales y tras la recogida, al amanecer, se celebra en la Parroquia de San Miguel Arcángel, solemne misa votiva.

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