'Una opinión personal e intransferible' por Jaime Sánchez

Con permiso, entro en su universo digital, para reflexionar y darle mi opinión, única e intransferible sobre el cartel de la Semana Santa de Jerez 2019 ejecutado por Daroal.
Publicidad Le adelanto que a mí personalmente, el cartel no me llama, ni me transmite; pero no dejo de reconocer que es una obra de arte magistralmente ejecutada. Como ya saben, y si no, se lo indico, soy una persona amante del arte en todas sus expresiones, y profesionalmente me dedico al mundo de la comunicación, publicidad y el diseño gráfico; el estudio de estas tres materias durante mi época académica me sirvió para adquirir muchos conocimientos, y sobre todo, para abrir la mente ante un universo artístico infinito, pues donde unos ven dos trazos sin sentido otros pueden llegar a ser conmovidos por esos dos trazos.

Si separamos por elementos el cartel que preludia la Semana Santa de este año, podemos ver verdaderos detalles de una gran calidad artística. Hagan el ejercicio conmigo; dividamos el cartel en tres pisos, y comencemos a observar y a visualizar.

Comenzaría por los cardos pintados en la tabla, primer piso de esta obra. Sinceramente, si lo visualizamos o por lo menos en mi caso, veo que esa naturaleza viva que se encuentra representada se quiere salir del cartel. Los cardos del Monte Calvario y la mariposa que representa la Resurrección, se “pueden llegar a mover por racha de aire”. Si seguimos y llegamos al segundo piso, vemos las letras realizadas en barro cocido y doradas en pan de oro… JEREZ. Unas letras muy pensadas y ejecutadas laboriosamente, las cuales contienen elementos como los ángeles pasionales que dotan a ese conjunto de un significado. En definitiva, es un reclamo que por su composición tipográfica y de elementos ornamentales, tienen fuerza por sí solo. El tercer piso, una tabla redonda donde se representa la Cruz de Santo Sepulcro, en rojo intenso sobre negro, sobre la oscuridad de un luto que recorre todo el cartel.

Tras este análisis, mantengo lo que dije al principio, a mí personalmente no me dice nada… ¿Por qué? Porque cuando lo visualizo en su conjunto no me convence, ni me llama; pero no por ello se debe tirar por tierra un trabajo distinto, original y pensado al milímetro. Tenemos que pensar y así lo hago siempre, que el eje emocional de una creación artística no va a repercutir de la misma manera sobre todo el que lo visione. El cartel cumple la función de llamar la atención, es controvertido, pero para nada se puede juzgar como una obra de mal gusto o calificarlo de “mamarracho” o de “mojón”, porque ninguna obra de arte merece ser calificada de esa forma.

Muchas personas se conmueven con obras de Joan Miró, otras tantas no, y no por ello, podemos calificar a una obra de este insigne y representativo artista como “extraordinaria” o “mamarracho”, porque cada persona que se pone delante de una manifestación artística sentirá, verá y palpará una sensación totalmente diferente a la que sienta, vea y palpe la persona que está a su lado.

Y si lo quieren más claro, se lo digo de otra manera, si a una persona no le gustan las “papas con chocos”, aunque Arguiñano se las cocine, seguirá diciendo que no le gustan; pero jamás podrá decir que están mal cocinadas.