A la manera habitual de los últimos años, la dolorosa titular de la Hermandad de la Lanzada, Nuestra Señora de las Aguas, regresó a la Parroquia de San Dionisio, donde tuvo lugar el cierre a sus cultos anuales.
Unos cultos celebrados por primera vez con esta advocación, de la que hasta ahora recibía cultos como Nuestra Señora del Buen Fin.
