Volverás envuelta en secretos,
del letargo de adormidera.
Volverás, vida y compañera,
como el sol sale a lo lejos…
Volverás, en solo un reflejo,
de una eternidad de espera…
Porque eres la dama incipiente
que alumbra campos y veredas
y, en el cielo, frígida estrella,
y vida, tras la negra muerte,
también norte, sur y el oeste,
desde una brújula cualquiera…
Eres guía de los destinos
que, tras de ti, siguen tu estela,
y el ancla en rocas marineras,
para andar siempre tu camino,
porque eres rosa sin espino,
y albor de la luna llena…
Volverás, como vuelve la vida,
tras una prisión de cuarentenas
en el otoño de frío y piedras…
porque nunca se cierra tu herida
ni tu vacío insomne, dormida,
esperando que el sol amanezca…
Volverás, como victoria y amor,
como vuelve el mar y las mareas,
como corazón que desenreda,
nuestra ferviente y eterna pasión,
y cuando vuelvas, volverán con vos,
nuestra vida y la primavera…
