Y el Domingo de Ramos se despertó..

Y se despertó en canal para goce y disfrute de los sentidos, esos que los cofrades llevamos en nuestras hechuras y que nos hacen caminar por el mundo de manera diferente al resto de los mortales. Ni mejor ni peor, simplemente diferente. Diferente son nuestros latidos, diferentes son nuestras miradas, diferente es nuestra forma de escuchar,… y hablando de escuchar, lo único positivo que el desagradable viento de levante trajo ayer consigo fue que por momentos se escucharan acordes lejanos provenientes de algunas calles de la ciudad, lo cual hacía que más de uno se preguntara a quién iba interpretada esa o aquella marcha. ¿Ves Eolo como todo no iba a ser malo?

Pero no son solo los sentidos los que nos hacen diferentes a los cofrades. También lo son sus detalles, como la medalla que colgaba sobre el fajín de la cintura de la Virgen del Perpetuo Socorro con la intención de infundirle fuerza a la buena de su hermana mayor en este requiebro que la vida le está haciendo vivir; fíjate si no estás sola querida amiga, que hasta tu Cristo -en sus bodas de oro-, quiso desenclavarse uno de sus clavos para tenderte la mano y tirar de ti. Sigue luchando corazón.

Publicidad Una vez que vimos a las mismas caras de siempre apostadas en las mismas esquinas de siempre, nos dimos cuenta de que los capataces en Jerez no comandan pasos, sino que rezan órdenes a su gente de abajo mientras ellos detienen sus pupilas en sus Sagrados Titulares. Prueba de ello fue la salida un año más del misterio del Trasporte o el deambular del galeón de la Albarizuela por el barrio de San Pedro. En cada una de esas demandas hay mucho arte, mucho oficio, y mucho cariño por esta forma de hacer las cosas.

Histórico fue el encuentro que vivieron las dos imágenes marianas de Sebastián Santos -Estrella y Misericordia-, una vez arribadas al centro, devociones éstas que en la niña de sus ojos dejan cobijar sueños mercedarios e ilusiones con sabor a patio de colegio.  

Publicidad Los hermanos de Pasión podrán contarle algún día a sus nietos que una tarde de abril del año dos mil diecisiete escribieron su nombre con tinta de oro al pisar sus túnicas por primera vez los adoquines oficiales del centro, y que hasta la policía local se puso el uniforme de gala para celebrar tal efeméride. Una locura maravillosa la de estos cofrades llegados más allá del propio horizonte.

Y para rematar la jornada inaugural, qué más da que sigamos teniendo una Carrera Oficial ruidosa y sucia; qué más da que este año en cualquier esquina un coche pueda arrollar a un cortejo de nazarenos; qué más da que haya nazarenos de cruz que tengan que escuchar las preces fuera de la catedral; qué más da que se vayan cerrando sillas justo cuando el último paso aún no ha terminado de pasar; qué mas da todos los pecados cofrades que mostramos al mundo si al mundo le mostramos -de manera silenciosa-, cómo respira la pena compungida de toda la humanidad en la mirada de la Virgen de las Angustias. Estando Ella presente, hasta el calvario más amargo de una madre se convierte en nana rosada de media noche, justo cuando el tañir de una campana se humilla ante el jazmín de los jazmines.

Publicidad Domingo de Ramos... el sueño de soñarte se hizo al fin realidad.