''Domingo de Resurrección; ¡Cristo ha resucitado!'' por Andrés Pérez

El domingo más grande del año, el que irradia luz y alegría mientras repican las campanas jubilosas de la Catedral anunciando al Señor Resucitado y su madre de la Luz. Porque hoy sí, el silencio sepulcral, el de la espera y la incertidumbre obtienen respuesta: la muerte ha sido sólo la puerta que nos lleva a los brazos eternamente misericordiosos. ¿Habrá misterio más bonito?

Y si la cruz ha sido la llave maestra con la que Dios nos abre las puertas del cielo es quizás, porque todos transitaremos a través de esta y por ello debe ser aceptada con esperanza. El mal sigue existiendo, sí, pero los que creemos que Jesús ha resucitado, sabemos que nunca nos faltará un hombro sobre el que llorar, una mano tendida a la que agarrarnos o un abrazo en el que descansar; ahí la universalidad de nuestra fe.

Ahora sí, la Semana Santa de 2020 se convierte en un recuerdo marcado por el confinamiento, una cuaresma agridulce, las calles vacías, el silencio, la pesadumbre, la soledad, la nostalgia… pero también por las hermandades, la oración, la unión fraterna, la iglesia doméstica, la entereza de nuestros niños y jóvenes, las celebraciones litúrgicas, las estaciones de penitencia virtuales, los medios de comunicación, las ofrendas de flores en las puertas de las iglesias y la solidaridad desmedida; porque si algo tenemos que agradecerle a esta pandemia, es el habernos ayudado a entender un poquito más si cabe la inmensidad infinita de nuestra Semana Santa que brilla y brillará eternamente.

Y como cierre a esta serie de artículos, quisiera compartir con ustedes una cita preciosa extraída del famoso libro El Señor de los Anillos:

“Incluso la oscuridad se acaba para dar paso a un nuevo día. Y cuando el sol brilla, brilla más radiante aún, esas son las historias que llegan al corazón, porque tienen mucho sentido aun cuando eres demasiado pequeño para entenderlas.”

¡Muchas gracias y feliz PASCUA DE RESURRECCIÓN!

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