''Don Juan del Río, y la “Gran revolución” de la Semana Santa de Jerez'' por Miguel Perea

Cuando en septiembre del año 2000, el segundo obispo de nuestra joven diócesis, monseñor Del Río Martín, llega a Jerez, se encuentra con una Semana Santa, que casi no había evolucionado en 30 años. Desde 1973, ninguna nueva hermandad, se había sumado a la Carrera Oficial jerezana. Mientras que en otras diócesis andaluzas se creaban nuevas cofradías, aquí tan solo en los últimos años de Don Rafael, se habían producido pequeños movimientos.

Don Juan, cuando comienza a conocer Jerez, se da cuenta que la ciudad es muy extensa, y por lo tanto necesita parroquias en esas nuevas zonas de la ciudad, y a la vez, que las mismas cuenten con hermandades de penitencia. Lo que durante tantos años se estaba reclamando en Jerez, por fin y con la llegada de Don Juan, comenzaba a tomar forma. No importaban las pequeñas puertas de estas parroquias, ni en ocasiones la intransigencia de algunos consejo parroquiales; él tenía bastante claro lo que se debía hacer y en sus años en Jerez, fue capaz de revolucionar el mundo cofrade local. Puso las bases, para que pasásemos de una Semana Santa de 30 a una de 45 cofradías. Se dignificó la Carrera Oficial. Se consiguieron recursos para las hermandades y mucho más. Además, se le dio rango del Delegación Diocesana de HH, y CC, al antiguo Secretariado, y comenzaba a dársele por fin la importancia que tenían en nuestra sociedad, a nuestras cofradías.

Don Juan entendió el potencial evangelizador que las hermandades tenían en nuestra ciudad, y en sus poco más de ocho años en Jerez, trabajó mucho para que las nuevas realidades cofrades que existían entonces en la ciudad, fueran una realidad. Durante su mandato fueron varias, -Clemencia, Soberano Poder, Consuelo y Redención- las que llegaron a Carrera Oficial. También erigió como hermandad a la Paz de Fátima y autorizó su salida a Humildad y Paciencia. Otras tantas, -Pasión, Entrega, Sed, Salud de San Rafael, Salvación y Bondad y Misericordia- fueron creadas como Agrupaciones Parroquiales. A la Hermandad del Resucitado se le autorizó a tener una junta de gobierno “normal”, además de regalarle a la Virgen de la Luz. La Sagrada Mortaja, durante esos años, continuó en una situación un tanto especial, mientras que la Misión, fue la única de las nuevas cofradías, que comienzan a andar tras Don Juan, aunque evidentemente, mucho tuvo que ver su aperturismo cofrade tras su llegada. 

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Recuerden que en la actualidad y después de varios años, se ha vuelto a echar la llave con varios candados, a la ampliación de hermandades en Jerez, a pesar de que hay varios grupos que están empujando fuerte y que merecen sin duda una oportunidad. Ojalá nuestro nuevo pastor, sepa ver esta realidad, que Don Juan con tanto acierto intuyó que existía en Jerez.

Pero no solo fue en nuestra ciudad. También en otros lugares de la diócesis, -Sanlúcar, Rota y en poblaciones de la Sierra- se crearon nuevos grupos cofrades. Quizás en este tema se quedó un poco descolgado El Puerto, ciudad que desde hace años pide nuevas corporaciones.

Por todo lo expuesto y algunos temas más, es por lo que considero que el papel desempeñado por nuestro querido Don Juan en los pocos años que estuvo al frente de nuestra Diócesis, fue fundamental, para el gran despegue que la Semana Santa de Jerez ha tenido en las dos últimas décadas.

Ya solo me queda decirle: Muchas gracias Don Juan, por todo lo que hizo por Jerez y por su Semana Santa.

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