Las cofradías andaluzas se revelan contra el Gobierno

Cuando la señora Susana Díaz, creyendo que sería presidenta de la Junta hasta que a ella le diese la gana, decidió pasarle la mano por el lomo a los presidentes de los Consejos de Andalucía, no imaginó nunca que sus cofraditos se revelarían algún día contra las políticas que quieren atentar contra las manifestaciones religiosas que cada año dan forma a la Semana Santa de nuestra tierra. Y eso es precisamente lo que acaba de ocurrir este pasado viernes en Sevilla.

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Los Consejos, Agrupaciones, Uniones y Federaciones de Hermandades de Andalucía afectadas, tras la reunión extraordinaria mantenida en la sede del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla, para analizar la aplicación del impuesto del IVA a las sillas, palcos y tribunas de las distintas Carreras Oficiales por parte del Ministerio de Hacienda, han determinado en común y en unidad las siguientes posturas y medidas: 

⮚ En primer lugar, manifestar la voluntad inequívoca de los comparecientes en el cumplimiento de cuantas obligaciones tributarias le pudiesen corresponder conforme a la ley. 

⮚ En segunda lugar, se entiende que la consulta vinculante de la Dirección General de Tributos dictada en el año 2016 (V3622/16) responde a un supuesto de hecho no homologable con la actividad y finalidades propias de la Semana Santa andaluza y sus cofradías.

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En resumidas cuentas, que intentar hacer creer que unos desfiles procesionales son considerados actividades culturales, es iniciar un camino por el que nunca debemos los cofrades permitir este atropello. Eso sería abrir la puerta al fin, así que a ver si espabilamos todos, y nos plantamos de una vez ante tanta foto gratuita y tanta sonrisa de mentira.

Las cofradías no son cultura. Son religión. Así que bien por los presidentes, a los que no hay que dajar solos ahora en esta andadura. Y ya de paso, a ver si los obispos empiezan a hablar de una puñetera vez. Que a ver si se enteran ustedes, nuestros queridos prelados, que la grey necesita dirección, y no bronca desde los púlpitos.

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